jueves, 26 de julio de 2007

Y AL ALCALDE ¿QUIEN LO RONDA?

Y al Alcalde ¿quién lo ronda?
La reciente aprobación de la reforma administrativa en Bogotá es el mayor y quizás el único aporte de la administración Garzón a la modernización de la ciudad. Anteriores gobiernos la transformaron.
Luis Carvajal Basto

El Espectador
martes, 05 de diciembre de 2006


Desde el decreto 1421,que reorganizó la forma de gestión, participación, descentralización y la reforma de las finanzas emprendida por Jaime Castro hasta el transmilenio y la reorganización urbana de Peñalosa, pasando por los esfuerzos en cultura de A. Mockus, Bogotá cambió. Frente a esos logros la reforma administrativa de Garzón es solamente un simple apretujo de entidades en el que se mantienen pendientes los temas importantes de la ciudad e incluso los propósitos “sociales” del mismo Alcalde. En la recta final de su gobierno la pobreza, la falta de vivienda y de empleo, se encuentran peor o igual que cuando comenzó. De la calidad de la administración, ni hablar.
Ante una situación como la que afronta el país¿ quien va a tener tiempo o ganas de preocuparse por la forma como se administra Bogotá? Sin embargo, son dos asuntos muy relacionados. El auge del polo ha sido posible por el deterioro de los partidos tradicionales y por el cambio en las conductas del electorado. Corrupción y pobreza les han sido endosados a pasadas administraciones vinculadas en la mente de los electores con la política tradicional. El desgobierno en la administración Pastrana, también. Ahora, ante el desgaste evidente de sectores de la coalición que apoya al Presidente, el polo sale a cobrar por ventanilla. Las crisis de la Nación le confieren dinámica a su proyecto político. Se nos olvida que los integrantes de esa organización son responsables, desde diferentes escenarios, de la situación que ahora afrontamos. No pueden, ellos, lavarse las manos como lo hacen hoy. Como si no vivieran en el país. Como si muchos de sus integrantes no hubieran ayudado a construir o a destruir , con armas o sin ellas, el país que hoy tenemos .Como si no tuvieran la administración de municipios, departamentos y de una ciudad como Bogotá.
Precisamente, llama la atención el estilo de Administración de Bogotá. El cambio constante de altos funcionarios y la entrega de presupuestos inmensos y responsabilidades a personas sin ninguna experiencia en las diferentes ramas de la actividad pública. Tal es el caso del nuevo esperpento que se conoce como secretaría de la movilidad.¿podrá explicarnos el Alcalde- precandidato Garzón cuales son los antecedentes y experiencia de la funcionaria recién nombrada en temas de movilidad? Para colocar un ejemplo, por que lo mismo ha ocurrido y ocurre en diferentes áreas.¿Pero, quien garantiza que la corrupción que estaba instalada en la extinta secretaría de transito, no se repetirá, manteniéndose intactos, como se mantienen ,los factores que originan la corrupción?
Debe decirse, por ahora, que las soluciones a los temas de movilidad planteadas por el Alcalde, ratifican su estilo de improvisar ,pero no le sirven a la ciudad.¿cómo es eso que les va a colocar y aumentar el pico y placa a los motociclistas y a los automovilistas particulares, inermes y que en muchos casos derivan su sustento del uso de esos vehículos?, ¿por qué no hizo lo mismo con los empresarios del transporte , que financiaron su campaña?,¿por qué no exigió a tiempo la devolución de los dineros del fondo de chatarrización ?,¿por qué no se arreglan las vías y se mantienen los dineros para ello en los bancos, como lo demostró la personería?
El recurso mas fácil es salir, como lo hizo el Alcalde, a amenazar a los pequeños y desorganizados motociclistas y automovilistas a quienes les va a recortar su libertad y el derecho al trabajo prohibiéndoles el uso de sus vehículos, si no se auto controlan. Llevada al extremo, la teoría del Alcalde sugiere que si los Bogotanos guardamos nuestros autos y motos , se le solucionan al Alcalde los problemas de movilidad. Claro, Alcalde, pero para eso no lo eligieron los que votaron por usted. Así , con un decreto sale fácil del paso. No necesita construir mas vías, ni tapar los huecos, ni sincronizar mejor los semáforos, ni terminar con la sobreoferta de buses viejos que no ha sido capaz de chatarrizar, ni sacar el transmilenio de la crisis y el desorden en que lo tienen sus “expertos” administradores , lo que ha generado ya varías protestas espontáneas de los usuarios. Solo requeriría de un decreto. Aunque eso sea abusar de la autoridad que los ciudadanos le confirieron.

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