jueves, 26 de julio de 2007

FARC: CONTRA LA PARED

Farc: contra la pared
Nunca Uribe necesitó tan poco para justificar su posición de no negociar. Queda demostrado que el mejor promotor de la Seguridad Democrática son las Farc. Apareció el ciudadano.
Luis Carvajal Basto

El Espectador
viernes, 06 de julio de 2007


No existen antecedentes en Colombia de una irrupción ciudadana masiva, como la del pasado 5 de julio. Ni siquiera las protestas contra la dictadura militar. Lo ocurrido explica mucho de lo que piensan, sienten y han expresado políticamente los colombianos y acerca de la importancia de los diferentes actores de nuestro acontecer. Pero lo verdaderamente nuevo de esa jornada ejemplar, es la participación de la ciudadanía, su aparición en las calles reclamando sus derechos.
No se necesitó de un plebiscito de respaldo a las instituciones y al propio Uribe. Lo del 5 de julio es un mensaje claro de la ciudadanía: puesta de frente a las atrocidades de las Farc y los paramilitares, la gente opta por el respaldo a sus derechos, garantizados por la Constitución y las instituciones. Como siempre, alguien gana y alguien pierde. En este caso y a falta de un estudio de profundidad, podemos preguntarnos por qué “pasa agachada” ante la desfachatez de unos paras, que de cara a la evidencia y monstruosidad de sus crímenes sufren amnesia. Y la respuesta no es compleja: considera que en el origen de todo el asunto están el narcotráfico y las Farc.
Al observar los actores de nuestra vida pública, destaca que no convocaron las marchas. Más bien fueron convocados por la misma ciudadanía y no tuvieron dificultad de aunarse a ella. Si la promovió el Presidente, no se notó. Partidos y gremios fueron “sorprendidos” por un sentir ciudadano que sacó pañuelos y banderas en Transmilenio, interrumpió el tráfico, se abrazó y lloró. La Iglesia hizo a un lado su manifiesta “imparcialidad” y a la vez que condenó las acciones de las Farc dijo que para un acuerdo humanitario no se necesita zona de despeje. Hasta Petro, con su habitual oportunismo, interpretó el momento político y anunció un debate ya no contra el Gobierno sino contra los socios políticos de las Farc en Caquetá. Lo mismo hizo Garzón en Bogotá, que aunque no fue tan diligente con su cadena como cuando se trata de poner palos soterradamente al Gobierno, también salió a la calle.
Las Farc, en su aislamiento, deben estar pensando que a pesar del escarnio público, sus métodos siguen siendo rentables. Les da un protagonismo que política y militarmente no tienen. Uribe y cada vez más la gente, consideran que el acuerdo humanitario es una forma de recuperar lo que perdieron en el Caguán. Sus publicistas reaccionaron con un video de militares en su poder que pretende mostrar al mundo que lo ocurrido es parte de una confrontación militar y no una masacre, como lo fue. Esa cortina de humo no alcanzó a disimular que están rotas por dentro. No de otra manera se explica la ambigüedad de la información sobre el asesinato de los diputados. No es difícil establecer que un sector promovió el asesinato de los diputados y otro no estuvo de acuerdo.
Este 5 de julio va a tener efectos no solo en nuestra vida política interna, marcando un punto de quiebre como el día en que apareció la ciudadanía, sobre el cual se puede edificar la participación consagrada en la Constitución que tanto extraña nuestra Democracia. Carolina Barco ya debería estar preparando un video para que los congresistas demócratas conozcan más de nuestra realidad. De pronto, lo que no pudo el cabildeo de Uribe, lo pueden, otra vez, las Farc.
Estas Farc se parecen cada vez más a los talibanes que a los sandinistas y a Ben Laden que a Fidel. Arrumadas como están en lo profundo de la selva, permeadas por el narcotráfico y sin ningún respaldo popular, salen de vez en cuando a secuestrar ciudadanos inermes que terminan asesinados y a poner bombas. El honor y la dignidad, reglas elementales de la guerra que reclaman, no existen en sus códigos no escritos ni en sus conciencias. Viendo su realidad hace sentido la frase de J. Sabina que deben tararear muchos de sus “románticos” militantes, si quedan, “Ben Laden, Che Guevara, Superman: lo que iba a ser, la mierda que ha sido”.

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