jueves, 26 de julio de 2007

URIBE VS EL POLO: LA POLÍTICA Y EL DEBER SER

Uribe vs El Polo: La política y el deber ser
Se trata de una estrategia del Polo para consolidarse de cara al 2010 y afectar, en lo que pueda, la imagen “blindada” del Presidente. Se trata, por parte de Uribe, de continuar gobernando con el estilo de no dejarse imponer agendas y defenderse atacando.
Luis Carvajal Basto

El Espectador
lunes, 12 de febrero de 2007


El gran ganador, hasta ahora, es el Polo que, ante la opinión, aparece como el interlocutor de Uribe. Por su falta de definiciones, los liberales pierden terreno y continúan cediendo espacios. El Polo sabe perfectamente que no le va a alcanzar para desestabilizar al Presidente pero sí para avanzar en su objetivo de liderar la oposición.
Como respuesta al debate público entre dos grandes corrientes que hoy protagonizan la política colombiana, la mayoría de los análisis han adoptado la cómoda posición de decir que eso no está bien y que no debería ser. En eso estamos de acuerdo todos. El asunto es que la política tiene que ver con el mundo real, con el juego de ambiciones e intereses, con la toma de decisiones por medios públicos, con el poder que permite tomar esas decisiones. Poco con los juicios éticos y cada vez menos con los valores y la moralidad. O si no, veamos de qué se están acusando los protagonistas. Y de qué forma.
Otra cosa es el deber ser. Lo que quisiéramos de nuestras instituciones y de la dirigencia nacional. Veamos: políticos honrados, capaces y decentes. Administradores públicos eficientes. Partidos democráticos y sólidos. Reglas de juego claras y limpias Pero de eso, poco.
Si se trata de saber qué pasa entre Uribe y el Polo, de verdad, debemos observar la realidad como es y no como cada quien quisiera que fuera. El deber ser, la sociedad soñada e ideal son utilizados con frecuencia por muchos opinadores para enviar a los ciudadanos mensajes con cortina de humo incluida sobre sus opiniones particulares o, digamos, intereses. Para el análisis no sirve. Como discurso o pretexto político, sí.
Lo de Uribe con el polo es un problema de poder. El polo, envalentonado con los resultados de las elecciones presidenciales, va por el Gobierno. Al frente está la coalición de Gobierno o, mejor dicho, el mismo Uribe. Jefe único e indiscutido del Uribismo. No tiene un partido fuerte que lo respalde. Se respalda a él mismo. No depende en particular más que de la opinión y de los sectores empresariales y gremiales que hasta ahora mayoritariamente lo apoyan. El polo, luego de cooptar y asociarse con un sector del Liberalismo que lo llevó a la Alcaldía de Bogotá, considera que el único obstáculo hacia el poder es Uribe.
Así que no gastó municiones en atacar el desempeño económico del país, porque es bueno y no puede, o los partidos que apoyan al Gobierno, porque no existen. Enfiló sus baterías contra la persona del Presidente y su entorno familiar. A perforar el blindaje que, pensaron, empezaba a afectarse por el tema parapolítico. Se dedicó a anunciar un debate en el que Uribe estaba graduando de protagonista y competidor al hoy senador y ex guerrillero, Petro. Pero el Polo no es inmune a los celos y a los intereses personales. A pesar de su pública solidaridad, Lucho Garzón y Carlos Gaviria no deben estar muy conformes con el protagonismo de Petro, que también quiere ser candidato en 2010. Eso explica, en parte, las declaraciones de los ex y hoy funcionarios, Bustamante y Pabón. Eso es lo que pasa.
Es conocido que en política no hay reglas. Pero está por verse si los colombianos permitimos que se lleven por delante nuestras instituciones para conseguir el Gobierno en 2010 o mejorar y consolidar las posiciones en las próximas elecciones regionales.

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