lunes, 25 de julio de 2011

Santos: ¿Sin oposición?


Por: Luis Carvajal Basto

El ingreso de los Verdes a la coalición de gobierno tendrá efectos inmediatos en las elecciones de algunas Alcaldías y Gobernaciones.

Cuando la llamada ola verde estuvo en furor, muchos colombianos pensaron que sus convicciones “alternativas” habían encontrado un partido que les representara, ante el fracaso del Polo en la administración de Bogotá. Para nadie es un secreto que esos dos partidos compartieron, en las Presidenciales de 2006 y 2010, parte importante de una misma franja de votantes.

Por eso no resulta extraño que, además de los involucrados, el colombiano más contento con el ingreso de los Verdes a la coalición sea el actual presidente del PDA, quien celebró la franquicia de exclusividad, como partido opositor, que tácitamente recibieron.

Mientras Jaime Dussan expresaba su conformidad, pero manifestaba no creer que se produjera “a cambio de nada”, un ex Polista, ahora dirigente Verde, el ex alcalde Garzón, dijo que se trataba de un acuerdo “sin misterios y sin ministerios”. Tratándose de versiones encontradas sobre un mismo suceso, paradójicamente, ambos pueden tener razón.

Eso es posible porque aun no recibiendo Ministerio los Verdes ,lo que indudablemente han conseguido es abrir el camino para que el Presidente Santos apoye la candidatura a la alcaldía de Bogotá de Enrique Peñalosa, sobre la cual no había manifestado interés, hasta ahora, por candidato alguno. Si el ingreso de los verdes a la coalición no es un guiño en ese sentido, hay que decir que se parece mucho.

La adhesión se produce en un momento en que Peñalosa había caído en las dos últimas encuestas conocidas, en una de las cuales se vio en un triple empate con Gustavo Petro y Gina Parodi y mientras los demás candidatos empezaban, prácticamente, a desaparecer .Dada la popularidad del Presidente es de esperar que de una u otra manera el ingreso de los Verdes a la coalición, o lo que queda de ella luego del retiro de Mockus y las expresiones en contra de Sergio Fajardo ,puede significar un empujón para sus candidatos a alcaldías y gobernaciones, entre las cuales se encuentran Bogotá, la Gobernación de Antioquia y la de Boyacá, por ser la cuna de los verdes.

Pero en la micro política, en que ha degenerado la política a todos los niveles, el resultado de las elecciones regionales no depende exclusivamente de los apoyos que se reciban desde las alturas. Basta recordar solamente la derrota del mismo Peñalosa en Bogotá en las elecciones anteriores, cuando también contó con el apoyo del ex Presidente Uribe, sin que ello signifique que el efecto de adhesiones como la de los Verdes no tiene importancia, comenzando por su impacto en las alianzas regionales. Lo menos que se puede decir es que los candidatos Verdes quedan ahora en igualdad de condiciones a los de otros partidos de la coalición de cara a las elecciones regionales.

Aparte de los aspectos de mecánica política y sus consecuencias en las elecciones de octubre, el ingreso de los Verdes a la coalición de Gobierno no tendrá tantos efectos en el proceso legislativo como su importante significado ante la opinión y la institucionalidad del régimen político. Sin duda se trata de otro logro del Presidente Santos cuya unidad ahora incorpora a su principal contendor en las elecciones presidenciales en que alcanzó 3.600.000 votos.

Solo el tiempo dirá si el Polo es capaz de superar su más difícil momento para ejercer un control político decoroso, como único partido de oposición, ahora que la esperanza en forma de ola que para muchos significaron Mockus, Peñalosa, Fajardo y compañía no es tan prometedora, ni opositora y de la cual queda solo un Verde al que las ambiciones de sus dirigentes no dejaron madurar.

lunes, 18 de julio de 2011

El Congreso que llega


Por: Luis Carvajal Basto

Más allá de indispensables ajustes en temas como pensiones, salud, tributación y la anunciada reforma a la Justicia, se espera que este Congreso resuelva estas controversias con sentido de Estado y no de interés partidista o particular. El mapa político que resulte de las elecciones regionales puede afectar, favorablemente, la coalición mayoritaria que lidera el gobierno Santos en el Congreso.

El periodo legislativo que comienza encuentra a un gobierno que mantiene altos sus niveles de aprobación popular, los cuales parece dispuesto a seguir “gastando” proponiendo nuevas reformas. Aunque esa popularidad no necesariamente se traduce en leyes que impulsen las políticas públicas que se propone, sin duda avalará su liderazgo en los procesos de expedición de nuevas normas.

La agenda prioritaria de temas indispensables para que el país funcione, puede modelarse en tres grandes áreas: la que afecta directamente ingresos y gastos del Estado, tributación y pensiones; la del sector de la salud, luego de destapar la olla, y la reforma de la Justicia.

Una vez establecida la responsabilidad fiscal, el principio según el cual un aumento en los niveles de impuestos desestimularía la inversión y la generación de empleo, no deja otro camino para fortalecer las finanzas públicas, en el corto plazo, que la ampliación de la base tributaria y la reducción de los niveles de gasto asociados con corrupción. Lo que se ha encontrado en la DIAN y lo que falta, comparable a una o varias reformas tributarias, es un estímulo claro para que el Congreso continúe en la senda de dotar de herramientas al ejecutivo y los organismos de control ,de tal forma que una eventual reforma tributaria complemente, optimizado, el recién expedido estatuto anti corrupción.

Los malos manejos en las EPS han puesto sobre la mesa una eventual reforma al régimen de salud. El Congreso deberá debatir si se trata del modelo o de la corrupción asociada. Por lo que se ha visto y si recordamos el caos existente antes de la Ley 100, pareciera que la pregunta para responder se refiere a la manera como se pueden administrar mejor recursos públicos que ejecutan privados. Algún senador ha propuesto suspender la intermediación de las EPS, pero también puede pensarse en complementar los sistemas de control reglamentando la intervención de firmas privadas de auditoría. El debate está abierto.

Pese a la complejidad de los mencionados, el tema de temas que abordará la próxima legislatura será el de la reforma a la Justicia. El gobierno ha buscado consensuar cualquier proyecto con las altas cortes, hasta ahora sin éxito. Pero el problema no consiste solamente en reducir, hasta donde sea posible, las fricciones entre las cortes o entre estas y el gobierno, buscando una salida política. El Congreso debe encontrar la manera de reducir los tiempos de los procesos y descongestionar los despachos judiciales, entendiendo que desarrollar la Justicia oral, el nombramiento pro témpore de auxiliares de la Justicia y la dotación de recursos tecnológicos, serán herramientas de gran utilidad. Pareciera un asunto administrativo más que uno teórico, jurídico o político.

Para afrontar los debates que se vienen, el Congreso ha recuperado algo su alicaído prestigio, luego del primer periodo legislativo. Deberá demostrar ahora que, pese a los naturales intereses y sucesos políticos, es capaz de supeditarlos al interés supremo del Estado, para lo cual se encuentra con un gobierno que no tendrá dificultad en mantener las mayorías de la coalición. Todo hace prever, incluida la catástrofe del Polo, que en las elecciones regionales la coalición se verá más fortalecida que debilitada, generando un escenario más que propicio para estas y otras reformas.

  • Elespectador.com| Elespectador.com

lunes, 11 de julio de 2011

¿Nadie quiere con el Polo?


Por: Luis Carvajal Basto

El rechazo del candidato Petro a los apoyos provenientes de su antiguo partido, revela el difícil momento político de esa organización, pero también el predominio de la imagen y el oportunismo en la política colombiana, por encima de los principios, así como la fragilidad de los nuevos partidos.

La historia del PDA se parece a la de muchas estrellas de Rock a las que termina destruyendolas su éxito. Al ganar y repetir Alcaldía en Bogotá y luego del colapso administrativo y los escándalos de corrupción, ni su fundador, el ex alcalde Garzón, ni ahora Gustavo Petro, quieren saber nada de él.”Si te he visto, no me acuerdo” parecería ser el eslogan de moda allí.

Sobre estas actitudes se pueden hacer algunas reflexiones aun más esclarecedoras ¿Alguien se imaginaba, hace apenas un par de años, la alianza tácita entre Garzón y el ex Presidente Uribe para promover la candidatura de Enrique Peñalosa?, ¿Son tan flexibles los principios? , ¿No resulta por lo menos raro, que los sectores Liberales que respaldaron las alcaldías del Polo no digan ni pio? Aunque eso puede tener una explicación: se encuentran ocupados con su ingreso a la coalición de gobierno del Presidente Santos de quien, muchos de ellos, denostaron los ocho años anteriores.

Luego de lo observado y faltando el desfile de líderes que renunciarán al Polo para respaldar la candidatura de Petro, en quien ven ahora posibilidades de ganar de nuevo la alcaldía, queda uno preguntándose cuál es el sector de opinión al que lo que queda de ese Partido representa y cuál será el futuro de las llamadas fuerzas de izquierdas, derrotadas esta vez no por la falta de espacios y oportunidades, que permanentemente han denunciado, sino por la corrupción y el caos en su gestión de gobierno.

Por supuesto que, pese a lo sucedido en Bogotá, nadie puede equivocarse pensando que la corrupción o la mala gestión son “atributos” exclusivos de ese Partido. Siendo, más bien, males muy graves de nuestra política. El asunto es que el Polo, como Petro y Garzón, edificaron su discurso por años, y todavía lo hacen, señalando que se trataba de enfermedades endémicas de los partidos tradicionales que en su administración no se observarían. Más o menos el mismo deslinde que ahora Petro quiere establecer con sus ex, prometiendo que una eventual administración suya será diferente.

Nuestros nuevos políticos no son tan nuevos pero se ocupan de aparecer como si lo fueran. No importa que deban renunciar a los partidos a que pertenecieron o construyeron. Esa forma de transfuguismo no se encuentra suficientemente reglada y necesitaremos de la maduración de la última reforma política y varias más, para proscribirla de nuestras costumbre políticas. Mientras tanto veremos la manera en que estos avispados se quedan ante la opinión con el género y sin el pecado de sus responsabilidades, el cual adjudican como patrimonio, en este caso pasivo, a sus antiguos partidos.

Mientras cosas así ocurren en la escena política, todo indica que Colombia tiene y tendrá una oportunidad de oro en lo económico: las cifras de empleo son las mejores en muchos años y los niveles de inversión y la dinámica interna hacen presumir que el crecimiento se mantendrá, en un momento en que se pronostica un florecimiento de Latinoamérica ante la crisis de otras economías. Pero necesitamos de partidos sólidos y seriedad en los políticos, comenzando por los llamados de izquierda que durante tanto tiempo la reclamaron.

POSDATA: A propósito del ex alcalde Garzón queda comprometido con la declaración que rindió el ex funcionario del IDU, Inocencio Meléndez publicada ayer por El Espectador. Al desmentirlo, Dijo que Garzón no solo sabía sino que fue quien ordenó los contratos de la fase tres de Transmilenio. Esperemos que responda a la fiscalía, a la opinión y a los miembros del Partido Verde.

lunes, 4 de julio de 2011

Evaluación al gobierno


Por: Luis Carvajal Basto

La última encuesta de Gallup es una medición de la gestión del gobierno a un año de su elección.

A diferencia de otros publicados en el pasado, este estudio se ocupa en detalle acerca de la percepción de la gente sobre eventuales iniciativas de gobierno y sectores específicos, sirviendo como insumo de gran utilidad para la toma de decisiones. Es una demostración de cómo las encuestas pueden ser una herramienta cuya utilización y perfeccionamiento puede mejorar la gestión de los gobiernos.

Conviene recordar que muchas administraciones públicas, nacionales y locales, basan sus decisiones de política en factores como las presiones naturales del mundo político o los órganos legislativos ,olvidando a la opinión pública, la cual es cada vez más importante.

Llaman la atención en esta encuesta las respuestas que muestran cómo más de la mitad de los colombianos estarían dispuestos a sacrificar algo de sus Libertades, para vivir más seguros, y algo de “Justicia”, para conseguir la Paz.

Por otro lado, la encuesta da por cerradas las discusiones acerca de si la Ley de regalías o el TLC recogen el sentir de la gente. Una inmensa mayoría (70% y 80%) respondió afirmativamente.

En cuanto a la gestión del gobierno, le va bien a las relaciones internacionales, más o menos bien a la economía y definitivamente mal al sector Salud y al manejo de temas relacionados con guerrilla e inseguridad.

Los colombianos han acogido positivamente el restablecimiento de relaciones con Venezuela y Ecuador sin que sea comparable la aprobación del manejo de las relaciones internacionales (75%) con el de la canciller (31%), a la cual no le va mal pero tampoco relacionan los encuestados, todavía, con el mejoramiento de la gestión.

La economía, que era el principal problema en julio de 2010(47%), ya no lo es (32%) lo cual coincide con las buenas expectativas de crecimiento y la reducción de los niveles de desempleo publicados por el DANE la semana anterior.

La mala nota de la salud indudablemente está relacionada con los escándalos en las EPS, de los cuales se puede sacar como lección que la corrupción no es un mal exclusivo del sector público ni del de la salud y tampoco quiere decir, por cuenta de ellos, que el esquema no funciona.

Pero en lo que le va definitivamente mal al gobierno es en el manejo del orden público y la inseguridad, cuyo negativo casi se duplicó pasando del 17% en julio de 2010 al 32%; el mismo periodo en que se consideró que el manejo del tema de guerrilla o “mejoramiento” cayó del 56% al 28%mostrando la peor cifra: un 100% de deterioro.

¿Son esas calificaciones imputables a la gestión del Ministro ? ¿A las nuevas modalidades de los violentos? ¿A la divulgación que de sus acciones hacen los medios?, como señalan cándidamente algunos, o a todos los elementos señalados? Nadie lo sabe con certeza, pero lo que si mide la encuesta es, aun, más desconcertante pero no por ello menos significativo: Mientras el General Oscar Naranjo tiene la imagen más favorable (75%) entre los personajes por los que se preguntó, la del ministro de defensa es de solo el 22%.

Conviene al gobierno informarse acerca del sentir de la opinión y para ello usar esta y otras encuestas. Si se tratara de evaluarlo, habría que decir que estando pendiente las materias de salud y seguridad, de acuerdo con la encuesta va pasando el año.

  • Elespectador.com| Elespectador.com