jueves, 26 de julio de 2007

MILLONARIOS QUE OSO

Millonarios, qué oso
Deberían sentir vergüenza jugadores y directivos de Millonarios. Pero si la sintieron, no se les nota. Ante la catástrofe han repetido el arsenal de disculpas de siempre.
Luis Carvajal Basto

El Espectador
viernes, 02 de febrero de 2007


“Que el equipo se está armando”, que “son partidos de preparación” y que, en todo caso, "seguirán trabajando”. Si van a “seguir trabajando” como en los últimos años, mejor no. Gracias. Podrían hacerse a un lado y dar la oportunidad a otros que sientan de verdad la camiseta de una institución que tanta gloria y alegría nos regaló. Y que administren bien no solo los recursos, sino el prestigio del que alguna vez fue llamado con justicia el equipo “embajador”.
Los seguidores de Millonarios estamos desconcertados con las goleadas que nuestro equipo acaba de padecer en Argentina. Apenados y avergonzados. Del llamado ballet azul no queda sino el recuerdo. El equipo que paseó por el mundo el prestigio del fútbol Colombiano se encuentra postrado. Mucha agua ha pasado por debajo de los puentes desde que nuestro Millonarios de Distefano, Rossi y compañía le daba lecciones de buen jugar a equipos como el Real Madrid. En el pasado mas reciente, los equipos de Carlitos López , Willington Ortiz, el nano Areán ,Silvio Farias o Juan Carlos Ferrero jamás sufrieron tanta humillación. Hemos llegado al fondo del fondo. ¿Qué ha pasado?, ¿Qué se podrá hacer?
Puede decirse que los resultados deportivos tienen mucho que ver con la administración del equipo. Está claro que dirigentes como Alfonso Senior, Alberto Gómez Moreno o Roberto Valencia poco tienen que ver con las mafias que en su momento se apoderaron de nuestro equipo. O con el caos que ha venido después. La opinión no sabe con certeza quienes son hoy los dueños o administradores. Aunque se trate de una entidad de carácter privado reglada en últimas por la Dimayor, la Federación de Fútbol y la FIFA, hace parte del patrimonio emocional de la mayoría de bogotanos. Ante una situación como la presentada en Argentina, que refleja el caos en que ha devenido el equipo, ni Coldeportes ni el IDRD opinan. Los hinchas, tampoco. Nos hemos acostumbrado a la deshonra.
No le queda claro a nadie quienes son los dueños de los pases de los jugadores que van y vienen, como Gabriel Fernández. Mas tardaron en anunciar la compra de sus derechos deportivos que el jugador en ir a parar al Real Cartagena y ahora al Júnior. Otro tanto puede decirse de Tigre Castillo, Leal y Ballesteros. ¿Quién los trajo? ¿Cuánto costaron? ¿Qué le dejaron al equipo? Como llegaron se fueron. ¿Dónde está la cantera? Eso es un ejemplo de pésima administración, en todo caso.
Si como dicen invertir en el equipo es mal negocio, ¿por qué no le abren un lugar a la iniciativa privada, a las empresas nacionales o internacionales? El buen nombre de Millonarios es una marca que interesa no solo a los patrocinadores de la camiseta. Se podría intentar algo haber si con nuevos propietarios y la democratización del equipo tenemos mejores resultados deportivos. Por fin. Que maravilloso fuera que las acciones de nuestros clubes de fútbol se cotizaran en la bolsa, como cualquier empresa transparente.
Los seguidores de Millonarios no nos resignamos a continuar como un equipo de mitad de tabla. Con los jugadores que los demás no quieren. Reclamamos, para una ciudad de mas de 7 millones de personas y con un PIB mayor al de muchos países, algo de dignidad. Que corresponda a la tradición de Millonarios como emblema del fútbol colombiano.

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