lunes, 28 de febrero de 2011

Más o menos corruptos


Por: Luis Carvajal Basto
Tiene un gran valor la sanción del Procurador a dos de los implicados en el carrusel, aunque resulte difícil entender la gradualidad de los castigos.

No se nos puede olvidar que con este van dos contralores distritales en serie destituidos y sancionados por la Procuraduría, ambos ternados por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca. ¿Con estas sanciones seguirá funcionando el carrusel? Nada hace esperar que no sea así, a menos que se apruebe una reforma legal.

Hay que decir que la Procuraduría actuó de manera pronta y cumplida, como los ciudadanos pedimos a los organismos de control y justicia, aunque la corrupción en Bogotá no comienza, pero esperamos que al menos a estos niveles en que la sal se corrompe, termine, con este episodio.

La estructura del carrusel comienza con las nominaciones. No ha tenido mucho cuidado ni tino el Tribunal Administrativo de Cundinamarca al seleccionar a los dos últimos Contralores. Su actuación queda, además, en entredicho si se considera que, de acuerdo a denuncias del Concejal Carlos Galán, la esposa de quien fuera Presidente del Tribunal en el momento de la elección era visitante asidua del Contralor Moralesrussi y resultó favorecida con contratos millonarios en el IDU, episodio que ahora la justicia deberá resolver. Los más interesados en que esto se aclare deben ser los magistrados de ese Tribunal.

La Contraloría General de la República ha debido asumir funciones de la distrital para casos específicos que la opinión ha conocido. Sí tenemos en cuenta lo ocurrido con el Contralor anterior a Moralesrussi, también sancionado y destituido, ¿no podría el actual Concejo solicitar que se evalúen por ese organismo los actos de ese Contralor?

Queda una mancha muy grande sobre la administración de Luis Eduardo Garzón quien debería solicitar que sus actos sean escrutados por la Contraloría General, teniendo en cuenta que el Contralor distrital que le correspondió, antes de serlo era su amigo personal y gerente de sus campañas políticas. ¿Empezaría el carrusel en la administración Garzón, la misma que en sus últimas horas de gobierno adjudicó los contratos de la fase tres de Transmilenio? Garzón tiene la palabra.

¿Qué garantías tendremos de que el mecanismo de la corrupción y las mafias en la política de Bogotá que hace girar al carrusel dejará ahora de funcionar? Urge una actualización del Estatuto Orgánico de tal manera que los contralores sean elegidos por voto popular en fechas diferentes a las de Alcalde y Concejo. De no ser así, los concejales seguirán escogiendo a quien controla la administración y los Alcaldes, a cambio de puestos y contratos, seguirán determinando las actuaciones de las coaliciones mayoritarias que eligen al mismo Contralor, con los resultados que ahora conocemos. La opinión, en general, desconoce la influencia del alcalde en la elección de contralor, la cual es definitiva.

Los ciudadanos aspiramos que se sancione a los corruptos pero es urgente detener el carrusel. Esperamos que el gobierno nacional, en cabeza del Ministro del Interior, se ocupe de lo que ocurre en Bogotá presentando en el congreso la respectiva reforma legal.

lunes, 21 de febrero de 2011

Ay, Ministro


Por: Luis Carvajal Basto
El paro camionero finalizó con una reversa a los decretos y creando un comité de concertación. Mal precedente. El asunto es que los consensos deben buscarse antes y no después. Le cabe responsabilidad al Ministro.

Nadie pone en duda que la tabla de fletes que reclaman los transportadores es un adefesio, a pesar de las razones que puedan tener. Estas van desde el costo desmesurado del combustible, pasando por la insuficiencia de vías y los peajes etc.

Una tabla de fletes impuesta por el gobierno fija artificialmente condiciones que deben ser pactadas en un contrato entre privados, a menos que exista un perjuicio grave y constatable contra la población. Oferta y demanda.

El alto costo de los fletes encarece exportaciones e importaciones y la producción interna por la influencia en el precio de los componentes importados. Resulta indefendible, en las estructuras de costos, que pesen más los fletes internos que los internacionales. Así, se pierde la competitividad conseguida con mayor productividad, inversión de capital, innovaciones tecnológicas o esfuerzo de los trabajadores. De nada sirve bajar aranceles si los fletes o cualquier otro factor resulta exageradamente alto. Esto repercute de manera directa en el empleo y los niveles de precios.

Pero, por ejemplo, al comparar internacionalmente el costo del flete otro tanto debe hacerse con el del combustible. En resumidas cuentas si la tabla de fletes debe desmontarse por artificial y no competitiva, una medida en tal sentido podría ir acompañada con una estabilización o atenuación en el precio del diesel y la gasolina. El cambio de la formula, como lo han expresado sectores del gobierno, para no hablar de la manera como muchos municipios se gastan la sobretasa.

Todos estos factores y otros han podido considerarse antes del paro y los decretos, los cuales han debido resultar de la mesa de concertación que ahora se crea. El país se habría ahorrado el paro tanto como poner a prueba el talante Liberal del gobierno Santos, quien fijó como límite el pasado viernes a los transportadores, haciendo uso de la autoridad para garantizar los derechos de todos.

La búsqueda de consensos se encuentra en el ABC de la negociación y el gobierno contemporáneo. Con los antecedentes de este asunto, los paros en el gobierno anterior, el Ministro debió tomar y liderar todas las medidas por anticipado en un sencillo ejercicio de escenarios o análisis prospectivo. Los hechos, es decir, las perdidas, la incidencia en la inflación etc., revelan que si tenía alguna estrategia, esta fracasó, al punto que dejó de ser interlocutor y la vocería del gobierno debió asumirla el Vicepresidente.

En este asunto perdió el país, los transportadores y el gobierno debió emplearse a fondo para solucionar la embarrada del Ministro, quien parece un tipo afable, honesto y buena persona, pero demostró falta de talla ante un asunto de esta envergadura.

Le toca asumir sus responsabilidades y arrancar de cero un proceso delicado. Puede aconsejársele que la próxima vez no de tanta papaya a tantos, incluidos funcionarios de segundo nivel en el Distrito, quienes autorizaron en principio las manifestaciones que dieron lugar a los bloqueos en Bogotá y por desconocimiento, falta de experiencia o cualquier otra razón, le dieron otra dimensión al paro camionero.

lunes, 14 de febrero de 2011

La sorpresa del alcalde


Por: Luis Carvajal Basto
Las declaraciones de Samuel Moreno, al declarase sorprendido por la no inclusión del metro en el plan de desarrollo, revelan lo distraída que está su agenda y la de su equipo en relación al tema que lo catapultó a la Alcaldía, pero también el bajo nivel de interlocución entre los niveles nacional y distrital, señalando la necesidad de restablecer, por parte del gobierno nacional, la alta consejería para Bogotá.

La gestión pública y el buen gobierno deberían tener en nuestro país unos mecanismos mínimos para lidiar con la diversidad política que establece la Constitución desde la descentralización. Estos existen, pero no son suficientes. Alcaldes y gobernadores, con frecuencia, recurren a los oficios de intermediarios para acceder a los recursos de la Nación y relacionarse “mejor”.

La situación se explica tratándose, en muchos casos, de personas que han ganado una elección que les habilita pero no les califica para desempeñar esos cargos. Las más de las veces saben ganar elecciones pero no gobernar.

El caso de Bogotá es un punto aparte. El tamaño de su población es superior a la de más de 80 países y por Constitución su normatividad es especial. El Distrito Capital se ha regido por un estatuto que, requiriendo actualización, ha permitido la gobernabilidad en la más grande ciudad de Colombia. La que más produce y tributa pero no siempre la que más recibe, en proporción a su tamaño.

El metro y las nuevas líneas de Transmilenio han requerido el concurso, la cofinanciación y garantía de la Nación, lo cual es apenas natural. La capacidad de gestión de la ciudad ha quedado en entredicho al conocerse detalles de la manera como se adjudicó la fase tres de Transmilenio, para citar un caso. Ni hablar de la de ejercer control cuando la Contraloría General ha debido asumir competencias de la Distrital.

Pendientes, como estamos, de una Ley de ordenamiento que al desarrollar la Constitución actualice los regímenes de las entidades territoriales, incluido el Distrito Capital, las relaciones de gobierno entre nación y distrito requieren unos niveles de interlocución que no dependan de las coyunturas políticas o de que el Alcalde se entere por los medios de situaciones y recursos que afectan a ocho millones de bogotanos y viceversa.

La diversidad de los temas de gobierno y su complejidad, en una democracia en construcción y consolidación institucional como la nuestra, permiten la existencia de zonas grises que afectan la gestión, en detrimento del servicio que reciben los ciudadanos. Un ejemplo de ello es la “intromisión”, hasta ahora “exitosa” del Vicepresidente Garzón, quien a veces asume la vocería de algunos Ministerios y del mismo Presidente.

El buen Gobierno ha sido una consigna del Presidente Santos. Los Bogotanos nos sentiríamos mejor tratados si los esquemas, recursos y políticas públicas que se refieren a Bogotá, encontraran un interlocutor específico en el gobierno nacional. Los problemas de seguridad, corrupción, desplazamiento y violencia urbana que afectan a la ciudad, lo ameritan.

sábado, 12 de febrero de 2011

Egipto: una revolución de nuestro tiempo


Por: Luis Carvajal Basto
Con transmisión en directo para todo el mundo y convocatoria por las redes sociales, cayó la dictadura constitucional de Mubarak. ¿Estaba lejos de la realidad Fukuyama al proclamar el fin de las ideologías o su concepto no aplicó para todo el mundo? Pero, seguro, lejos están quienes sostienen que para obtener cambios en las formas de gobierno, es indispensable la violencia.

Uno de los comandantes de esta revolución no llevaba armamento ni fusil. Se trataba de un tecnócrata de una empresa de Software que utilizó sus conocimientos para motivar una gran convocatoria ciudadana. Para completar, el ejército no solo protegió la vida de los manifestantes, quienes se pararon a celebrar sobre los tanques, sino que garantizará una transición pacífica hacia el modo de gobierno que la gente escoja.

Si queremos constatar la manera en que las cosas han cambiado, los “filósofos” de esta insurrección no se expresaron en tratados sino a través de Twitter. Una manera light para quienes no conciben revoluciones sin muertos.

Estados Unidos ha sido uno de los promotores del cambio. El gobierno demócrata del Presidente Obama hizo sentir su fuerza. Papel diferente al que cumplieron en la guerra de los seis días. Allí, también, muchas cosas han cambiado, comenzando por la sustitución, como política pública, de las fuentes de energía, causal de los conflictos en oriente.

Atrás quedan en la historia, como malos recuerdos, el paso victorioso de los ejércitos de la Unión Soviética por Hungría, Polonia, Checoslovaquia, Rumania a los que llamaron revoluciones. El terror en Irak y en países del Asia. Se parece más esta revolución egipcia a la de los claveles en Portugal y al derrumbe del muro de Berlín y la caída de la dictadura en la Unión Soviética. Es la expresión de los ciudadanos que renuncian a ser salvados por falsos profetas del tipo Mubarak.

Lo que ha ocurrido en Egipto será un referente en adelante. Cabe esperar situaciones similares en el norte de áfrica. Además de las características propias de la transición que ahora empieza, cuyo desarrollo dependerá de las capacidades ciudadanas y el apoyo de la comunidad democrática internacional, entraran a jugar fuerte las potencias, el gobierno Israelí y los líderes religiosos. Vale recordar que el delicado equilibrio en esta zona del mundo, pasaba por el gobierno de Mubarak. Se juegan muchas cosas y nadie que viva en la tierra debe ser indiferente.

Aún por resolver el rumbo de la primera revolución de este milenio, se puede afirmar sin riesgo de error que sus consignas son Liberales: Libertad de expresión, empleo, bienestar y rechazo a la dictadura. No podía ser de otra manera en un universo interconectado en tiempo real en que cualquier persona, desde cualquier lugar, puede preguntarse al observar como transcurren las formas de gobierno y la existencia de otros ¿y yo porque no puedo vivir así?

lunes, 7 de febrero de 2011

¿Peñalosa por aclamación?


Por: Luis Carvajal Basto
Así parecería indicarlo el despliegue de declaraciones a favor del ex alcalde, al punto que si alguien desconoce la política en Bogotá y no se toma el trabajo de investigar los antecedentes y las causas que determinan el voto de opinión, podría apostar que será elegido por anticipado, pero falta bastante para la elección.

La semana que pasó el ex Alcalde coqueteó y recibió coqueteos del ex Presidente Uribe y de sectores de la U que no encuentran un candidato fuerte al interior de ese partido, diferente al mismo Uribe, quien negó una vez más su propia aspiración, y ante una eventual inhabilidad y/o desinterés del ex Ministro Juan Lozano.

Obtuvo también una señal de Antanas Mockus, quien renunció a su propia aspiración. En resumidas cuentas podría tener el apoyo de los Verdes y la U, aun por definirse, aunque sectores del Conservatismo recuerden que William Vinasco, sí, el locutor que narra el futbol, obtuvo en las pasadas elecciones la no despreciable suma de 350.000 votos, mientras, paradójicamente, no han considerado que Noemí Sanín, su copartidaria sería una candidata muy votada en Bogotá.

Por otra parte, el director de un oficialismo Liberal con pocos votos, Rafael Pardo, propuso una consulta interpartidista para escoger candidato de unidad, dando por derrotado y por anticipado a su propio candidato, el cual confrontaría con Peñalosa, candidato verde y quien no pertenece a la coalición.

Faltando por ver los efectos de la anunciada candidatura de Gina Parodi, tendríamos tres candidatos peleándose prácticamente la misma franja de opinión que respaldó a Peñalosa en las pasadas elecciones de Alcalde y con la cual fue derrotado de lejos por Samuel Moreno.

¿Será que con el descrédito de la actual Administración, desapareció también la tendencia de opinión que con casi un millón de votos la eligió, incluyendo amplios sectores Liberales? ¿Encontrarán esos votantes un candidato que les represente, considerando la disminución electoral del Polo? En cualquier caso una respuesta dependerá de la lista de candidatos a la que le faltan nombres y tiempo para completarse.

Otro factor a tener en cuenta es que los verdes no tienen claro su discurso ni su nicho y a sus candidatos la exposición mediática los auto derrotó en el pasado. Se desinflan, como Mockus en las Presidenciales y el mismo Peñalosa en 2007: cuando arrancó la campaña en serio, de Julio a Octubre, su imagen negativa creció un 30%, al igual que cayó la positiva. Esas cifras fueron corroboradas después por los resultados electorales.

Finalmente, falta por pronunciarse un actor que será fundamental en las próximas elecciones de Alcalde: el Presidente Santos, quien en algún momento podría hacer un guiño así sea para respaldar a quien escoja la coalición, si ello ocurre.

Vale recordar, que hoy los temas de Bogotá no se reducen a Transmilenio, el fuerte de Peñalosa, al cual se observa como un importante componente de un sistema de transporte armónico e integrado con metro, transporte tradicional, tren de cercanías y nuevas vías. Cada vez tienen más peso la lucha anti corrupción, seguridad y empleo, en los que el concurso de la nación es también fundamental.

En síntesis, dados los antecedentes y a ocho meses largos de la elección, el ex Alcalde puede ser tan aclamado por sus amigos hoy como derrotado, nuevamente, en octubre. Falta un buen trecho para aclamar a Peñalosa o a cualquier otro candidato.