viernes, 23 de abril de 2010

¿Presidente en primera vuelta?


Por: Luis Carvajal Basto
Los resultados de la última encuesta del Centro Nacional de Consultoría lo señalan así. Mientras Santos está estacionado y los votos Conservadores de Noemí aun no le llegan, Mockus ha subido porque ya le llegaron y se redujo el porcentaje de indecisos. Nada está definido.

La noticia más importante de esta última encuesta no se refiere a quien triunfaría en segunda vuelta, como lo tituló el noticiero CMI, sino que la elección presidencial podría definirse en la primera. Es así, porque se ha reducido el porcentaje de indecisos y el voto útil comienza a hacer estragos en las candidaturas menos votadas.

Se han generado varios hechos políticos importantes, pero el más fue la alianza Mockus-Fajardo, que no ha encontrado una respuesta comparable de parte de la candidatura de Santos. Hasta ahora. Se ha consolidado una alianza de fuerzas “anti”: anti establecimiento, anti Uribe, anti política, anti continuismo etc. que confluyen en anti Santismo.

Quienes reivindican el ascenso de Mockus como la anti política pueden tener razón solo parcialmente. Se trata de un político ya curtido aunque no se exprese en el mismo lenguaje de sus contrincantes y muchos hasta ahora le “descubran”. Por otra parte su candidatura será “anti” pero no se presenta como anti Uribe, porque los mismos encuestados coinciden en dar una calificación altísima, más que a cualquier otra figura pública, al Presidente y él lo sabe.

La agenda pública que establecen los medios no ha ayudado particularmente a la candidatura de Santos. Casi todos los temas de que se ocupa juegan en su contra mientras no logra aún presentar hechos políticos que le impulsen. Es lenta su identificación por parte de la opinión con Uribe, mientras los hechos negativos le son todos endosados. Sus cuadros de campaña y él mismo, parecen satisfechos con ese desbalance entre activos y pasivos.

No parece que la reiterada intervención del Presidente Chávez en nuestros asuntos sea suficiente para despertar un fervor Patrio que dinamice esa candidatura y sus “golpes de opinión” son escasos, ocupando la mayor parte del tiempo mediático a responder sobre asuntos que no han sido ni son su responsabilidad y menos de su conveniencia. Uribe, por ejemplo, no se refería a ese tipo de temas, más bien proponía y establecía su propia agenda. No se dejaba “torear”.

No es suficiente decir, que en Colombia existen dos corrientes de opinión y que una es mayoritaria para garantizar el triunfo de Santos. Menos, que los asuntos políticos son diferentes a los psicológicos. Veamos:

¿Tendrá pruebas la corriente “anti” que Mockus sería mejor gobernante? Ninguna observable, ni siquiera su desempeño en la Alcaldía en la cual apenas ejecutó cambios profundos, que fueron fruto de la administración Liberal de Jaime Castro y no suyas ni de sus sucesores, como la recuperación de las finanzas, la “sacada” de los concejales de las juntas directivas de las empresas y la nueva organización de la ciudad.

Pero a falta de pruebas, buenas son creencias. El asunto en este caso es lo que la gente cree, un aspecto psicológico que al traducirse en votos se vuelve político. La gente no piensa en las declaraciones de Mockus según las cuales su periodo inicial sería de ocho años o en que no responde como va a gobernar con un congreso opositor, o en que a veces acepta ya veces no el apoyo del PIN. Sus banderas de Legalidad y mejor educación podrían ser avaladas por cualquiera de los otros candidatos. ¿Entonces?

Como están las cosas estas elecciones pueden definirse en primera vuelta, pero no es sensato afirmar que alguno ya ganó. Faltan cinco semanas y movidas decisivas.

  • Luis Carvajal Basto

sábado, 17 de abril de 2010

Las elecciones: entre mitos y encuestas

Por: Luis Carvajal Basto
Las encuestas de Ipsos y del CNC reflejan que en este momento y de acuerdo con ellas, tendríamos segunda vuelta. Pero ni los políticos ni la opinión permanecerán estáticos hasta el 30 de Mayo.

Varios “mitos urbanos” fueron “derrotados” por estas encuestas. El primero de ellos, poco comentado, el que afirmaba que “en las presidenciales van a participar los 30 millones de colombianos del Censo electoral”, de acuerdo con un reconocido Periodista, quien añadía que “los 17 millones de nuevos votantes lo harían por Mockus”. En contrario, las encuestas coinciden en que tendremos incremento en la participación, pero no tanto (esa intención subió solo tres puntos en el último mes) y será “repartidita” entre los candidatos.

El segundo, que solo Noemí tendría la llave de Palacio, de mantenerse la situación actual. Las encuestas muestran que de ocurrir esto, sus votos se dividirían 50% y 50% entre Santos y Mockus. Los votos de este, en cambio, muestran mayor dispersión en caso de no ir a segunda vuelta.

El tercer mito se refiere a la creencia según la cual Mockus representa a los “pobres” y Santos a los “ricos”. Las encuestas muestran todo lo contrario. El actual fortín electoral de Santos son los estratos bajos y el de Mockus los altos.

El cuarto mito tiene que ver con que “el partido de los ex Alcaldes arrasa en Bogotá”. Las encuestas demuestran que, por el contrario, Santos gana en la capital siendo Mockus fuerte en departamentos como Boyacá, cuna de los verdes, y la región paisa en que el “endoso” de Fajardo funciona y sus competidores parecen estaticos.

Mockus puede ser un candidato votado y su alianza generó un hecho político, pero no es uno Nacional. Pierde en ambas costas y por demolición. No le conocen. ¿Puede alguien ganar así la presidencia?

Entre tanto, si la anterior fue la semana de Mockus, la campaña de Santos pareció “sorprendida” por los hechos, contrario a las de Uribe quien “imponía” la agenda de que se ocupaban los medios y la opinión. Después del Parkinson, los temas de la agenda pública han sido las chuzadas y el “efecto” Arias (¿A quién le suma y a quien le resta?), dejando, por ejemplo, pasar casi desapercibida la visita del secretario Gates. En el mismo nivel de conformidad se movió el Polo en que la adhesión de Carlos Gaviria (dos millones largos de desaparecidos votos en las presidenciales pasadas) pasó como si tal.

La estrategia de continuidad en la campaña de Santos parece confundirse con tranquilidad o inmovilismo, jugando sus principales cartas a adhesiones parlamentarias y abriendo camino a una falsa y peligrosa polarización entre una candidatura de políticos y otra de opinión, olvidando que las Presidencias de Uribe (quien sigue marcando más de 70%) encontraron su más importante arraigo en las ciudades capitales, en el voto llamado independiente.

Si el optimismo de muchos neo Mockusianos, confrontado con la radiografía de la opinión que son las encuestas, se revela exagerado, no menos se puede decir del que no transmiten quienes creen que solo con adhesiones políticas y el impulso de Uribe, ganaran la elección.

En una eventual segunda vuelta no parece probable que un nuevo político, ya “viejo”, como Mockus, pueda hacer mayorías en la Colombia de hoy con el discurso “anti”; pero tampoco que mejore la situación electoral de Santos si se deja enclaustrar y por el contrario da la impresión de que sus mayorías dependen de adhesiones de políticos típicos y de ñapa quemados. ¿Seducirán uno y otro, así, al 11% de decisivos indecisos?

sábado, 10 de abril de 2010

Verdades y mentiras de alianzas y encuestas


Por: Luis Carvajal Basto
La semana que pasó tuvimos tres hechos políticos: la alianza Mockus–Fajardo, el reconocimiento de Vargas Lleras a Santos y las encuestas. ¿Se movió tanto el tablero político?¿Hacia dónde lo hará?

No se pueden confundir los efectos de las alianzas con los hechos políticos en una campaña presidencial. ¿Quien haga más alianzas tendrá más probabilidades de ganar, como lo sugieren algunos analistas? No parece, por las mismas razones que las matemáticas puras no deciden las preferencias políticas. Aquí no funcionan ni la Ley conmutativa de la adición ni el deseo.

Las encuestas tienen dos efectos: toman una fotografía de la realidad en un momento determinado y pueden servir para identificar tendencias, pero también se pueden usar, de manera perversa, sus resultados como argumento para inducir a la opinión. En el primer caso, una encuesta bien hecha es infalible, en el segundo es un argumento político válido. Pero lo que no es éticamente correcto, un engaño, es presentar los resultados de una muestra no representativa como si lo fuese.

Las encuestas publicadas esta semana arrojan unos resultados que le confieren a Mockus un segundo lugar y coinciden en la casi desaparición de candidatos diferentes a él, Santos y Noemí. Son los efectos del voto útil: a medida que se acerca la fecha de la elección la gente quiere que su voto “no se pierda”. Los candidatos que “creen” sin opción tienden a desaparecer.

Pero la muestra de las dos encuestas es bastante diferente, a pesar de que el tamaño es parecido (1500 y 1200 entrevistas). La del CNC es más completa recogiendo municipios que sumados tienen importante peso electoral. El opinómetro se refiere solamente a lo que ocurre en 13 ciudades y presentar sus resultados como representativos es un error, peor si se hace de manera consciente. Quienes los utilizan pretenden que la opinión no representada termine acogiéndolos, tarea nada fácil.

Por otra parte, las dos encuestas midieron el efecto de la alianza Mockus-Fajardo pero no la declaración de Vargas Lleras, casi desaparecido por el efecto utilitarista, a Santos. Como la adición en esto no funciona, no se puede afirmar que su impacto, en la mente de los electores, será del 3% que marca en las encuestas. Dependerá, entre otras cosas del momento en que se haga.

Así que las alianzas o las encuestas no van a definir la elección, pero serán parte importante en el manejo de las estrategias de campaña. Se puede decir, que la semana anterior le fue bien a Mockus y que el Uribismo se sigue consolidando en torno a Santos, entre otras razones por la auto flagelación de la Doctora Noemí, peleada con la opinión y no solo con el Conservatismo Uribista.

En vista de que a segunda vuelta solo pasan dos, Santos y otro, desde ya se puede vaticinar la alianza que vendría en segunda vuelta entre Mockus y Noemí, pero esta no será solo motivada por los rifirrafes entre ella y el Uribismo, sino por sus orígenes y coincidencias.

Para Santos, mejor con ella que con un Mockus que desde hace mucho sabe que en la mente caprichosa de los electores, fundamentalmente jóvenes, funciona más bajarse los pantalones en público, casarse en un circo y pedir perdón que tener programas de gobierno, experticia en gestión pública, atender con propiedad la agresividad y el armamentismo de Chávez, etc. Con ayuda de muchos que opinan con el deseo, ahora quiere poner la atención de la opinión en su Parkinson. Entretanto, sus competidores no parecen percatarse.

¿Será que vamos hacia la confrontación entre un político experimentado y “típico” contra otro que quiere no parecerlo, experto en imágenes y símbolos pero poco en Gobierno? Esperemos los hechos políticos que faltan. En política cinco semanas son una eternidad.

sábado, 3 de abril de 2010

El agarrón de los hermanos godos


Por: Luis Carvajal Basto
Nadie debería sorprenderse por que el choque Arias-Noemí terminara de empezar con una denuncia penal interpuesta por el primero. Al fin y al cabo es la forma como se hace política en Colombia desde hace algunos años. No está en juego solamente la jefatura Conservadora.

Tampoco se puede dudar que antes del escándalo de AIS el jefe del Conservatismo era Arias y su candidatura se daba por descontada, hasta que “apareció” la doctora Noemí, aupada por el ex Presidente Pastrana y como una forma de recuperar las influencias perdidas en ese partido, después de su periodo Presidencial.

Menos, que el ex Presidente fue candidato de una alianza para el Cambio de la que hacían parte liberales desde entonces descoloridos como Luis Guillermo Giraldo, el genio del referendo, y luego Rafael Pardo, actual candidato Liberal. Los votos conservadores, entonces, no alcanzaban y ahora, tampoco, aunque muchos “ultras” piensen lo contrario.

Frecuentemente se recuerda que la doctora Noemí ha cambiado de simpatías políticas de la mano con los gobiernos en que se ha desempeñado. Pocos, sin embargo, que el mismo ex Presidente Pastrana hizo parte del gobierno Uribe en un cargo destacado en que pudo consolidar sus amistades en el congreso norteamericano y el Departamento de Estado, el mismo que antes de las elecciones de Congreso en Colombia se pronunciara sobre AIS, en un hecho sin precedentes en las relaciones entre los dos países.

Por supuesto los hechos de corrupción y los responsables deben ser castigados. Pero esto parece también un caso de corrupción aprovechado de manera oportunista para conseguir dividendos políticos. En muchas partes del mundo se incentiva y premia la dinámica empresarial y la creación de empleos. Germán Vargas, por ejemplo, ahora lo está proponiendo. Esa política, en sí misma, no es negativa, otra cosa es la corrupción.

Pero eso es aparte de los errores políticos. ¿Alguien, de verdad, puede creer que solo con los votos conservadores ganaran la Presidencia? Claro que no, pero hace parte de una estrategia que espera pasar a segunda vuelta y sumar allí los votos de “independientes” como Mockus y Fajardo, Liberales desteñidos y la misma oposición. TOCOSAN: todos contra Santos.

Anticipándose a esa tendencia, se extraña que el candidato Liberal no ripostara a la resolución que prohibía a los Conservadores votar en las elecciones de Congreso por candidatos de otros partidos. Pero no es tarde, Doctor Pardo, ni después del 30 de Mayo. Sería simbólico pero daría pistas acerca de los alcances de esta versión del Liberalismo oficial.

Hablando de estrategias, parece “neutro” el impacto del candidato Conservador a Vicepresidente, pero definitivamente auto golazo, el momento escogido. No se sabe cuántos votos sumará, ni si será cierto que antes varios declinaron la designación, encaminada a darle un rostro “Uribista” a la campaña,(Noemí lo es más o menos, dependiendo) pero seguro es que casi nadie se dio cuenta. Resulta extraño, en una campaña con tan buenos asesores en medios e imagen, como el mismo ex Presidente Pastrana.

El agarrón de los hermanos godos será el punto final de una estrategia exclusivamente Conservadora hacia la presidencia y hace prever desplazamientos de amplios sectores de ese partido hacia la candidatura de Santos y la llegada de otros. ¿Terminara siendo la candidatura de la Doctora Noemí una de oposición?¿Firmará esta las declaraciones de apoyo a Uribe que ella, a conveniencia, invoca?¿Aceptaran sus copartidarios los votos de Petro en una segunda vuelta? Esperemos próximos capítulos.