lunes, 30 de diciembre de 2013

Un balance de 2013

2013: El desafío debajo de la mesa

Luis Carvajal Basto
En este año que termina parecieron acentuarse las diferencias entre Estados-Nación y globalización, con consecuencias en todos los países. ¿Podremos superarlas? Hora de “filosofar”.
Por: Luis Carvajal Basto
El mundo, lentamente, comienza a salir de la crisis que comenzó en 2008, pero resulta difícil afirmar que las políticas globales se emplearon a fondo o, siquiera, que todos los países las toman en serio. Cuando existen, se aplican solo a conveniencia. Mientras Estados Unidos usó, para salir del hueco, todo el arsenal  del Estado incluyendo  gasto público  y bajas tasas de interés; en Europa, con el liderazgo de Alemania, todavía se discute si son mejores las políticas restrictivas en un periodo en que ha estado en riesgo la misma supervivencia de la Unión Europea. China, defiende sus precarios pero numerosos empleos, que pierden otros países, girando, cada vez más, hacia el capitalismo de Estado y América Latina sigue disfrutando de un  relativo periodo de crecimiento en el que mucho han tenido que ver los precios de los productos que exporta.  Unidad de políticas en un mundo global? Por ningún lado.
En 2013 los desajustes en la globalización no movilizaron a los  indignados, pero se mantuvo la crisis fiscal de los gobiernos que les tiene hipotecada su capacidad de intervención a las reglas fiscales. Incluso, el presidente Obama ha visto tambalear su novedosa y necesaria reforma a la salud y desplomarse su imagen ante un congreso en que los  republicanos le recuerdan, permanentemente, la precariedad de las finanzas estatales, llegando, en el año que termina, al extremo de paralizar la actividad del gobierno más poderoso del mundo.
El debate es el mismo en todas partes y se refiere a los niveles de ingresos y gastos de los gobiernos en un periodo en que gran parte de ellos han visto reducir sus ingresos y  empleos como consecuencia del desplazamiento de la producción a países más competitivos por productividad o bajos salarios, como  China. Esta situación ha puesto a muchos a dudar acerca de los beneficios de la globalización.
En época de vacas flacas la corrupción se nota más y ello, a su vez, ha producido una pérdida de credibilidad global en la política, afectando los cimientos de la democracia. La primera víctima han sido los mismos políticos y la siguiente, los partidos, sindicados, cuando menos, de incompetencia y corrupción. En Europa, por ejemplo, esa situación ha permitido la reaparición de una vieja ultraderecha, xenófoba  y racista, sintonizada  ahora con sectores extremos del Partido Republicano que quieren pocos impuestos y gobiernos pequeños. En Colombia, la expresión  “Estado Austero”, que promueve el candidato Zuluaga, pareciera situarse al lado de  esa corriente.
Por lo que vimos en 2013 estamos en una carrera contra el tiempo para mantener las instituciones democráticas  en todos los países y la pregunta es si, antes de que termine el desgaste del régimen político y el Estado de Derecho, podremos crear unas reglas del juego acordes con la globalización y promover otro ciclo de crecimiento  de la economía, uno que no deje pobres a gobiernos y democracias y, más pobres, a los que ya  lo son.
En su discurso  de fin de año Don Juan Carlos, paradójicamente un Rey demócrata, postulaba, con razón, la necesidad de regenerar la política,  lo cual, añadimos desde acá, es imposible sin la aparición activa y el protagonismo de la ciudadanía. Sin embargo, aun esta condición se revela como indispensable sin ser suficiente para conseguir un nuevo equilibrio en un mundo globalizado. ¿Hace sentido cambiar unos políticos por otros si las condiciones objetivas y las “reglas” globales se mantienen estáticas y juegan en contra de las instituciones democráticas?
En este  2013 hemos visto claros anuncios de  nuevos tiempos: un Papa que quiere transformar la “vieja” Iglesia, también azotada por  corrupción y  mala política; la aparición de nuevos sectores que protestan, y que no se parecen a la clase obrera que vislumbró Carlos Marx, como los indignados en Europa, los  anti Wall Street en los Estados Unidos y el movimiento contra el alza en el transporte en el emergente Brasil, más cerca de expresar a una clase media empobrecida reclamando fundamentos del Estado Liberal que se revela como una utopía por conquistar y defender.
Pero en este pulso que se libra, soterradamente, entre Democracia y globalización, existen razones para el optimismo: cuando todos la considerábamos inminente se pudo detener otra guerra en Siria (¿también se detendría el arrasamiento de las minorías?) Mandela, desde el más allá, pudo convocar al mundo entero con su ejemplo de alegría y Libertad; y en Colombia estamos en el camino de conseguir la Paz. Sin que  lo que ocurra en el resto del mundo nos sea indiferente, ese es el más importante propósito de los colombianos  para 2014.Ojalá.¡¡¡Feliz año!!!

lunes, 16 de diciembre de 2013

Santos se “reencaucha”


Luis Carvajal Basto
Superando los efectos negativos del paro agrario en su imagen, el presidente sigue subiendo en las últimas encuestas. ¿Durará esta tendencia hasta mayo? El efecto Petro.
Por: Luis Carvajal Basto

Termina este año de 2013 con la encuesta de Gallup  de la semana anterior que muestra, básicamente,  la recuperación de la candidatura del presidente y, también, la certeza de que tendremos segunda vuelta. De noviembre a diciembre, en primera vuelta, ha subido 11 puntos que pierden sus competidores, incluido Zuluaga cuya candidatura se estanca. En una segunda vuelta, enfrentado a Zuluaga, sube 8 puntos mientras su contendor pierde 6. En este mes, que fue definitivamente un round para Santos, terminó de “recoger”  a Vargas Lleras cuya favorabilidad de imagen cayó 11 puntos, casi los mismos que subió Santos.
La izquierda no logra consolidar un candidato fuerte aunque los mejores números los tiene Clara López, quien ha perdido de dos a tres puntos en el mes. ¿Podrán proponer, ante el retiro de Navarro, un candidato de unidad que confronte el segundo lugar de Zuluaga? O, por el contrario, ¿Se abrirá camino Enrique Peñalosa quien no llegaría a segunda vuelta pero podría jugar a favor (si no participa)  de Zuluaga, después?
La encuesta se terminó de realizar el mismo día del anuncio de la procuraduría así que no recoge sus efectos. Por lo que se observa en otras mediciones la imagen de Petro mejoró con su destitución, pero hasta ahora no tiene candidato a las presidenciales. No es exagerado suponer que los votos de ese sector terciarían a favor de Santos y no de Zuluaga en una segunda vuelta. Con su respaldo tácito a Petro, el fallo de la procuraduría juega a favor del presidente.
¿Cuáles son los factores que comienzan a consolidar a este Santos renovado? En primer lugar el “desconocimiento” acerca de Zuluaga quien hasta ahora aparece como su rival más probable y el estancamiento en el endoso, a su favor, de los simpatizantes de Uribe. Luego, la polarización que, como se había previsto, caracteriza la elección entre amigos y opositores de la Paz, la cual comienza a “darle” los votos de opinión que no tenía hasta noviembre, y el respaldo decidido que encuentra en la Costa, una región en que históricamente ha predominado el sentimiento Liberal con el que se identifica, cada vez más, al presidente quien allí, literalmente, arrasa.
De acuerdo con esta y anteriores encuestas  el Liberalismo,  sus vertientes históricas, se ratifica como la columna vertebral de la reelección del presidente. La importancia del apoyo que ha recibido de  quienes se sienten  Liberales  se nota más en esta última encuesta: hasta el 64% de quienes sienten afinidad con el Partido le respaldan, bastante por encima, incluso,  de quienes  se identifican con el de la U. Entre los Liberales, la intención de voto en blanco es inferior a quienes se consideran de otros Partidos, alcanzando “apenas” el 17%.. Un dato  que aclara muchas cosas: en el último mes los votantes en blanco se redujeron un 6%, la misma cifra que “aumentaron” las simpatías por el Liberalismo.
Una manera de definir la elección, hasta ahora, es que mientras Santos ha logrado, cada vez más, identificarse con los sectores Liberales y progresistas, Zuluaga no logra hacerse identificar con el ex presidente Uribe, por parte de sus seguidores.
Otra conclusión de cierre de año puede ser que la candidatura Santos  se solidifica lo cual le hace ganador casi en cualquier escenario, aunque le va mejor si se mantiene, finalmente, la polarización con Zuluaga. Pero los hechos no son estáticos y la imagen del presidente, así como su favorabilidad en la intención de voto, se altera permanentemente. Sube y baja  con facilidad acusando el desgaste propio de un candidato en ejercicio del gobierno a quien le cobran, y le cobrarán, casi todo lo que ocurre. Salvo por eso, el presidente puede pasar las festividades tranquilo, aunque tengamos una campaña previsible y  aburrida en que lo más novedoso son los efectos políticos que tendrá, también en las presidenciales,  la destitución del alcalde.

lunes, 9 de diciembre de 2013

¿Acabar los Partidos?


Luis Carvajal Basto
A medida que se acercan las elecciones, sube la temperatura política. Como es ya costumbre en Colombia el trompo de poner son los Partidos, especialmente el Liberalismo, pero ¿Se puede hacer política sin ellos?
Por: Luis Carvajal Basto

Entrados, como estamos, en un año electoral (faltan apenas meses) cabría esperar de nuestros  mejores pensadores una cadena de propuestas para  mejorar al país. Al fin y al cabo tendremos elecciones que elegirán Congreso y presidente, a través de quienes se orientarán las políticas públicas o  los presupuestos,  planes  y decisiones que  nos llevarán en una u otra dirección, lo cual ocurrirá a pesar de todo. En estas elecciones, además, tendremos un tema de mayor alcance: conseguir, o no, una Paz negociada.
Sin embargo, el fin de semana anterior estuvo  reñida una competencia acerca de quien propone una fórmula mejor para terminar con los Partidos en ausencia de propuestas que nos puedan empujar hacia adelante. A la andanada contra el Liberalismo, a quien algunos quieren enterrar sindicándole de ser  el único que ejerció la política en la era en que el narcotráfico permeo la política y la sociedad colombiana, iniciada  justamente antecitos de elecciones, se han sumado otras voces desde diferentes orillas: “¿Cuál Partido Liberal?” se pregunta el ex ministro Hommes en su columna, de la que se puede destacar el acertado señalamiento del divorcio entre Partidos y opinión;  “Voto blanco”, propone Salud Hernández, luego de denostar acerca de “la cuadrilla Liberal” y otras especies; “El amigo de Serpa” de María Isabel Rueda” en el que pide al Fiscal una nueva investigación sobre el refrito 8.000.La excepción vino por cuenta de María Jimena Duzan quien plantea una alianza de la “Izquierda”, no sin antes estigmatizar a los Partidos.
De nuevo, casi todos olvidan que la política se ha ejercido en el país que hemos tenido y tenemos y no en el que quisiéramos tener. “Si mi tío no fuera mi tío sería mi tía”, dicen en la calle. En un tono propositivo, por ejemplo, al doctor Serpa valdría la pena preguntarle que se le hicieron los cuatro millones doscientos mil votos entre las presidenciales de 1998 y 2006, fundamentalmente ubicados en los centros urbanos en los que el voto está menos expuesto a presiones. La respuesta nos acercaría a resolver uno de los principales retos del Liberalismo como es recuperar sus extraviadas mayorías urbanas.
Una hipótesis según la cual el responsable exclusivo de esa pérdida es el mismo doctor Serpa,  por cuenta de su persistencia o por convertirse en  blanco de los dardos de su ex contendor y luego presidente, el doctor Pastrana y sus amigos, con los mismos argumentos que se resucitan ahora que es  cabeza de la lista Liberal, estaría lejos de la realidad: si ello ha afectado al Liberalismo no se nota tanto.En todas las encuestas sigue siendo el sentimiento mayoritario entre los colombianos mientras el Conservador, al que pertenece el ex presidente Pastrana, ya va en el 5 % con tendencia a empeorar y él  es el ex presidente peor calificado en las encuestas. Quiso “acabar” al Liberalismo pero ha terminado “hundiendo” a su Partido y a él mismo. Mientras tanto, a través del presidente Santos, el Liberalismo histórico pudo llegar al gobierno  y es fácil establecer que una eventual tercería de la izquierda, o su actitud en una segunda vuelta ,podría estar más cerca de los liberales con quienes la identifica, entre otras cosas, el propósito de Paz.
Pero sería ingenuo pensar que la crisis de los Partidos tiene que ver, de manera exclusiva, con la influencia nefasta del narcotráfico o con quienes la han podido capitalizar políticamente , como el ex presidente Pastrana quien llegó al gobierno haciendo de ella casi su único discurso mientras entregaba el Caguán y la guerra seguía haciendo estragos.
La crisis de los Partidos tradicionales es mundial  y el déficit fiscal ha propiciado otra, global, de los gobiernos. El asunto más complejo es que en ninguna parte se ha podido encontrar otra manera de relacionar las demandas de la sociedad con el Estado diferente a los Partidos, por lo que no nos queda otra salida que persistir en su mejoramiento. Para ejemplos, está la manera como ha desaparecido el  importante movimiento de indignados.
La práctica de hacer política destruyendo a sus principales instrumentos puede, en el corto plazo, otorgar algunos dividendos. En el fondo, atenta contra la democracia, uno de los principales logros de la humanidad. Hacer política destruyendo a los Partidos es como terminar la  pobreza organizando guerras en que los pobres  se mueren. Por otra parte, es una manera sencilla de “suicidarse” políticamente como lo viene demostrando el ex presidente Pastrana quien, inevitablemente, nos hace evocar a otro Sansón y otros filisteos.
@herejesyluis