lunes, 22 de octubre de 2012

Mejor Obama

Elecciones en Estados Unidos


Por: Luis Carvajal Basto

En plena crisis mundial de la economía, que se ha hecho extensiva a los gobiernos, la disputa en las elecciones norteamericanas se produce entre dos modelos: el que ha sido responsable de la crisis y el que propone herramientas probadas para salir de ella.


La coincidencia entre el inicio de Obama 1 y la crisis financiera en 2008 condicionó el futuro de la política en Norteamérica pero también en el mundo, poniendo, otra vez, sobre la mesa, la discusión acerca de si el mercado puede ajustarse a sí mismo o si, por el contrario, la participación de los gobiernos en la orientación de los recursos de la sociedad importa y hasta donde. El gobierno Obama, avocado desde su inicio a su solución, ha optado por el incremento del gasto y el estímulo de la economía. Sin que se trate de una tarea sencilla, su esfuerzo comienza a mostrar resultados, observables en la reducción de los niveles de desempleo (7.8%vs 11.4 en la zona del Euro) y el crecimiento (1.7%vs – 0.3% en la zona del Euro) aun moderado, de la economía.
Pero, a estas alturas, nadie puede olvidar que la crisis comenzó por falta de controles al sector financiero, como proponen los republicanos, y no por exceso de ellos. Es el origen de la burbuja y la desconfianza que pone condiciones a la inversión y al empleo. Ya en 2007, sin Obama, las cifras de ahorro de los Estados Unidos mostraban una tendencia descendente. Obama no ha sido responsable de la crisis sino un bombero que, en su tarea, ha debido afrontar obstáculos como la cerrada oposición republicana que en el pasado reciente casi paraliza las actividades del gobierno, en el debate sobre el techo de la deuda pública, con consecuencias mundiales difíciles de pronosticar. Gasolina para apagar el incendio.
Las acusaciones republicanas a Obama, en el desarrollo de una campaña negativa, están centradas en su responsabilidad en los niveles de empleo y el déficit fiscal. Veamos.
A pesar de una crisis de características mundiales, el gobierno Obama tiene cifras, diferente a los discursos, para mostrar: 5 y medio millones de empleos creados contra 800.000 que perdía mensualmente al asumir el gobierno, como se ha destacado en el más reciente debate. Las propuestas de Romney no son muy esperanzadoras; al solicitar “nivelar el campo de batalla” para conseguir competitividad, no solo está proponiendo desregular, como en el origen de la crisis. Su “nivelación” está relacionada, ineludiblemente, con los bajos salarios que se pagan en China y con el irrespeto a las mínimas normas ambientales, como hacen sus propias empresas que operan allí. ¿Son esos los empleos que propone el señor Romney?
El incremento del gasto público es una consecuencia natural del esfuerzo descomunal para expandir la economía, el cual ha debido combinarse con las reducciones de impuestos vigentes, no decretadas por Obama, que no han sido capaces de generar los empleos necesarios y que, el señor Romney no explica, aplicando su misma fórmula, de que manera, si no los han creado en el pasado, lo harán en el futuro, tal y como lo propone. ¿Es el déficit fiscal una consecuencia de los bajos niveles de impuestos que pagan empresas como las de Romney, proporcionalmente inferiores a lo que paga una secretaria, como lo denunciara Warren Buffett, o del incremento del gasto público en que ha incurrido el gobierno para salir de una crisis generada por falta de regulación? En los dos casos pierde el señor Romney.
El candidato republicano fundamenta su discurso en el supuesto falso de que con Obama los siguientes cuatro años serían iguales que los primeros. Ello no es así porque ni el gobierno ni la economía fue inventado por él. La herencia que recibe no es la misma. Tiene la experiencia y el conocimiento necesarios. Es responsable, aunque eso le costara perder el primer debate por respeto y compostura propios de su dignidad presidencial, que, momentáneamente, se impuso a su condición de candidato.
Los norteamericanos en pocos días deben escoger entre un ilusionista que, palabras más palabras menos, propone sentarse a esperar a que un mercado desregulado se ajuste autónomamente, con empresas que volverán a producir solo sí los impuestos y los salarios son bajos, y un gobernante ahora maduro, que plantea utilizar las herramientas de que el gobierno dispone para salir de la crisis. ¿Gobernante o mago? Esperemos que acierten en esa crucial elección.
@herejesyluis

lunes, 15 de octubre de 2012


Revocar al congreso?

Por: Luis Carvajal Basto

La revocatoria del congreso, promovida por un parlamentario, parece más una actividad para ganar adeptos que una encaminada a solucionar problemas estructurales de nuestra democracia.


Si no fuera porque es el mismo congreso quien, en últimas, decide si se puede revocar, podríamos pensar que nos encontramos frente a un hecho político con consecuencias. En vista de que no es así, queda pensar que se trata de promover políticamente a quienes lo proponen, utilizando su evidente desprestigio. Puede ser un objetivo imposible, pero popular. Un “Caballito de batalla”.
Luego de lo ocurrido con los congresos anteriores y el desfile de parlamentarios por las cárceles, el congreso llegó a sus niveles más bajos de credibilidad. Eso pensábamos hasta que pasó lo que pasó con la fracasada reforma a la justicia, seguramente la más importante tarea que debía acometer en el presente.
El editorial de El Espectador el pasado viernes se refirió a lo que muchos ciudadanos observan como la manera en que el congreso se convirtió en “apéndice del gobierno”, cuestionando, con razón, la ausencia de iniciativas parlamentarias. Se recoge así la percepción de amplias capas de la población que manifiestan su desencanto con la gestión del congreso, encontrándose, en el fondo, un problema mayor: la pérdida de credibilidad en la política y en las instituciones de gobierno.
¿De qué manera ocurre esa contradicción entre un inmenso sentimiento popular que califica como negativa la gestión del congreso mientras que, reiteradamente, sigue votando por él con niveles de participación entre el 40% y el 50%? La respuesta no es difícil: no hemos desarrollado otras formas de participación, establecidas por la Constitución, diferentes a la electoral y esto afecta no solo el funcionamiento del congreso si no el del Estado en su conjunto. La descentralización, por ejemplo, sin participación ciudadana ha funcionado pero de manera limitada. Otro tanto ocurre con la gestión pública, en que la vigilancia de la ciudadanía es casi nula, debiendo ser reemplazada por los medios de comunicación que, en buena hora, ejercen ese tipo de control.
La participación ciudadana debe ser mejor reglada promovida y estimulada con recursos. No debemos olvidar que es una columna de la Constitución y su ámbito no es solamente jurídico, tal y como muchos hasta ahora, parecen entender. Dicho de otra manera, el mundo de lo público, lo político, no puede reducirse al congreso. De eso se trata nuestra Constitución.
Por cuenta de la participación reducida a lo electoral, hemos asistido en el pasado reciente a varios “picos” en el divorcio entre política “típica” y opinión pública. El deterioro de los partidos puede verse desde esa óptica y también el surgimiento de “movimientos ciudadanos” que tratan de recoger el desencanto para luego caer en las mismas conductas que antes cuestionaron, lo cual es natural en cuanto el problema se encuentra en la raíz y no en “las ramas”. Resulta por lo menos significativo que, a pesar del aumento en la oferta electoral, ciudades en que la gente está “mejor informada”, como Bogotá, donde el voto es más independiente, registraron una participación hasta 10% por debajo del promedio nacional, asuntos que no pueden pasar desapercibidos para nuestro ministro del interior, uno de los promotores de la séptima papeleta. Por cierto, en esa ocasión el congreso se revocó y las cosas realmente han cambiado, desafortunadamente, para empeorar.
Desde otro punto de vista, el de la política del día a día, el unanimismo del congreso puede ser considerado como un caso de “éxito” político para la coalición de gobierno. Es, en todo caso, mejor gobernar con mayorías en el congreso que sin ellas, aunque la gobernabilidad no esté reducida al parlamento o a la representatividad que puedan tener líderes de opinión, aunque muchos piensen así.
Los promotores de la revocatoria del congreso, entre ellos un congresista, han conseguido las firmas necesarias para comenzar el proyecto. Se trata, evidentemente, de otro caso de éxito si se tiene en cuenta que las 200.000 firmas conseguidas ya multiplican, casi por 5, los 44.800 votos que alcanzó para ser elegido.
@herejesyluis

lunes, 8 de octubre de 2012

Chávez se reelige



Por: Luis Carvajal Basto


El resultado de las elecciones en Venezuela muestra los más altos niveles de participación en su historia y uno de los más elevados de América. En el pasado, los niveles de participación alcanzaron un tope en 2006 del 74% el cual es bajo frente al 81% conseguido ahora, mientras los votos por Chávez pasaron de 56% en 1998 a 62.8% en 2006 para caer al 54% en 2012. Puede decirse que Chávez gano de nuevo, pero con la menor ventaja obtenida hasta ahora. Para la oposición esta derrota la aproxima a su umbral más alto en la era Chávez con el 44%.
Las dudas acerca del futuro de la revolución chavista se cruzan, primero, con la salud del presidente y luego con el entorno internacional y el interno. Tratándose de un proyecto basado en el liderazgo de Chávez es difícil pronosticar un nuevo triunfo electoral, cómo el obtenido este domingo, sin él. El futuro del chavismo depende de su salud.
En cuanto a los problemas internos, la sociedad venezolana afronta algunos que van más allá de la figura presidencial y las cuestiones ideológicas. Los niveles de violencia hablan de una crisis de gobierno y de las instituciones. Aunque los investigadores no terminan de ponerse de acuerdo, el número de homicidios anuales se sitúa entre 48 y 67 por cada 100.000 habitantes, muy superior a las tasas de México y Colombia.
Otro gran tema pendiente es el control de los exagerados niveles de inflación, que en 2011 alcanzó cifras del 27.6%, una de las más altas del mundo. El gasto público, en la base del modelo, no se relaciona adecuadamente con la oferta de bienes y transacciones en una economía que ha sido beneficiada con los altos precios del petróleo. Las cosas, sin embargo, podrían cambiar de manera notoria si se cumple uno de los escenarios de la Agencia Internacional de Energía según el cual, de mantenerse los bajos niveles de inversión y búsqueda de nuevos yacimientos a nivel mundial, el precio por barril podría alcanzar la cifra de 200 dólares en 2013.El gobierno tendría más recursos para sus programas sociales, lo cual le favorece, pero con una oferta estática de bienes y servicios, debería duplicar sus esfuerzos para conseguir estabilidad en los precios.
Si a nivel internacional los precios del petróleo pueden dar una mano al gobierno, no se puede decir lo mismo de la inversión extranjera que tanto como la privada interna seguirá buscando escenarios que le ofrezcan mayor seguridad jurídica. Una cosa son subsidios o ayudas y otra, la generación de nuevos y estables empleos. En otro escenario, la persistencia de la crisis internacional y la pausa de la economía China podrían estabilizar o, eventualmente, reducir los precios del petróleo con los efectos respectivos en el nivel de gasto público.
Aunque no se pueda decir que el régimen político venezolano, incluidos los altos niveles de participación observados en las elecciones, se aleje del modelo democrático clásico, la profundización de la revolución chavista va a generar más dudas que certidumbres en una comunidad internacional preocupada por el futuro de sus reservas petroleras en un mundo que no define alternativas energéticas. En un periodo de dificultades para el Estado Liberal, será definitivo para Venezuela, como para muchos países, el resultado de las elecciones norteamericanas del próximo noviembre.
Las relaciones con Colombia continuarán siendo estables con tendencia a la recuperación de su histórico intercambio comercial. Pero el gran tema en las relaciones Colombo-Venezolanas no es solo la Paz en Colombia sino el narcotráfico que ha permeado a Venezuela y que depende de acciones conjuntas pero también de una solución global de la que en buena hora se empieza a discutir. Se puede anticipar que esa tarea podría acercar aun más a los dos gobiernos en el inmediato futuro. El éxito del proceso de paz en Colombia y la participación de Venezuela, es un gesto político natural si se tienen en cuenta realidades históricas, culturales y geográficas, pero también puede explicar la permisividad de su gobierno con organizaciones que, a nivel internacional, han sido calificadas como “terroristas”, hasta ahora.
Venezuela inicia una nueva andadura con un gobierno institucionalmente débil y una oposición cohesionada. En esa confrontación las dos partes deben afrontar de manera conjunta problemas de Estado, como los señalados, y competir sin profundizar el resquebrajamiento del régimen político. Esa es la cuestión central en el futuro político de Venezuela.
@herejesyluis 

lunes, 1 de octubre de 2012

Cartagena: problema emblemático



Por: Luis Carvajal Basto

Mucho de lo que ocurre en otros municipios y entidades territoriales de Colombia y América Latina, se puede observar en el caos de mala gestión denunciado en la Heroica.


El maestro Juan Gossain, sin buscarlo, se ha convertido en un veedor de lujo de lo que ocurre en la ciudad predilecta de los colombianos. Ha conseguido que nos interesemos en ella, más allá de lo que disfrutamos al pasar unos días en sus playas, en Bocagrande o en el centro histórico. Su conocimiento de los temas públicos, luego de tantos años auscultando al país, con los ojos de director de uno de nuestros más importantes medios en que ejerció con mesura, objetividad y su natural empaque de persona buena, le ha permitido observar con particular y privilegiada visión los problemas de la ciudad que habita. Y lo que cuenta nos tiene preocupados.
Nos ha recordado Juan que Cartagena, ya con más de un millón de habitantes, también existe para los problemas. Más allá de la privatización anárquica de monumentos históricos y espacios públicos, se ha develado caos en la gestión de gobierno que poco tiene que ver con la precaria salud de su alcalde. Lo ocurrido con el contrato para la recolección de las basuras y la indebida intervención de sus familiares en los asuntos de gobierno son lamentables, como también lo son los problemas de empleo, salud, alcantarillado etc. Lamentablemente, para los colombianos, no son excepción sino regla en muchos lugares de nuestra geografía.
La ausencia, en este caso justificada, del alcalde por problemas de salud se repite por todas partes ¿Cuánto tiempo permanecen los gobernantes en sus lugares de trabajo? Valdría la pena, más bien, establecer cómo se distribuye su factor más escaso, el tiempo, y no el “lugar” en que se encuentran. Tecnología y comunicaciones se han encargado de cambiar costumbres y paradigmas. Convendría conocer cuánto gastan resolviendo problemas no estructurados y urgencias, la calidad del soporte técnico y político de que disponen, sus “Bancos” de problemas y escenarios y sus unidades de procesamiento de ellos, así como el seguimiento de proyectos y gestión. Áreas en las que estamos “crudos” en buena parte de Latinoamérica.
Algo parecido ocurre con la corrupción en la contratación, querido Juan. Aun está fresco el escándalo de la licitación de la recolección de las basuras, no solo en Cartagena sino en Bogotá, billete incluido en los pliegos. Y lo que es peor, sin resolver, amenaza incorporada de volver a los tiempos de la EDIS ¿Recuerda usted como era la cosa antes y episodios como el de “la maleta de Fonseca”? El saliente Superintendente de industria y comercio José Miguel De la Calle nos ha recordado, apenas la semana anterior, que “En Colombia los cálculos señalan que más del 60 por ciento de los contratos públicos se adjudican previa manipulación para ganar una licitación”. ¿En donde transcurre todo eso?
Se ha denunciado que el alcalde de Cartagena es objetivo de presiones de contratistas y de diversa índole, cosa que ocurre a todos los gobernantes. Las preguntas que deberíamos responder son del tipo ¿Cuánto estamos preparados Instituciones y ciudadanos para hacer frente a la corrupción? ¿De qué tamaño es la participación ciudadana, establecida por la Constitución, en el control de los asuntos públicos? ¿Será que el debilitamiento de los Partidos conviene a la democracia, como muchos creen? Terán fue elegido con 158.000 votos por el partido Alianza Social Independiente ¿Ese partido todavía existe o las fuerzas que lo integraron crearán otro, si el alcalde se desgasta, como ha ocurrido en Bogotá, para citar un caso?
Completando el cuadro de la demacrada Cartagena, al concejo municipal fue presentado una extensión de su periodo de sesiones “Por el cual se autoriza al alcalde Distrital para la asunción de compromisos con cargo a presupuestos de vigencias futuras ordinarias para financiar proyectos de infraestructura en los sectores de educación, deporte, saneamiento básico y transporte – vías, en el distrito turístico y cultural de Cartagena de Indias y se dictan otras disposiciones”. Es decir, la ciudad quedará hipotecada, deuda que deberán pagar las administraciones y generaciones futuras. Debe ser porque su alcalde es notable, tanto que “ocupo el noveno lugar entre todos los de Colombia” según una encuesta publicada en el pasado Mayo y difundida por la misma alcaldía. ¿En cuántos municipios y departamentos pasa lo mismo? ¿Qué hemos hecho para frenar tanto abuso?
La situación de Cartagena es lamentable, como lo es que no existan más ciudadanos como Juan en otras ciudades de Colombia, pero no es, infortunadamente, una excepción sino un emblema, en este caso negativo, de lo que ocurre con nuestra precaria gestión pública.
@herejesyluis