viernes, 26 de febrero de 2010

¿Le falló la Corte a la participación ciudadana?


Por: Luis Carvajal Basto
Por sancionar la chapucería de los promotores del referendo, el fallo desconoció los derechos de millones que firmaron. Pero, como es debido, será acatado. Es un desmentido a quienes afirmaron que se había terminado la independencia del poder judicial, usando ese criterio como argumento político. Varios de los Magistrados que declararon la Ley inexequible fueron nominados por Uribe. Los escenarios que se abren no son tan ciertos como lo creen muchos candidatos. ¿Por quién votará el 48% que sigue respaldando a Uribe?, ¿Votará?

Pudo ser esta o cualquier solicitud del soberano que en cualquier democracia es el pueblo. Con frecuencia se olvida que se trataba de una solicitud para ejercer el derecho de votar. El antecedente creado es lamentable. Nadie cree que una pregunta mal redactada y peor interpretada diera lugar a la nulidad de la voluntad popular. Es de conocimiento público que quienes firmaron lo hicieron para 2010.

Se sabía que solo un fallo jurídico y/o la falta de ganas del Presidente para reelegirse podían evitar una nueva elección. Se puede creer que aquí concurrieron los dos hechos. La recolección de firmas etc., parecería adelantada por competidores o posibles sucesores del Presidente.Pero se equivocan quienes consideran que el fallo modifica las preferencias políticas de los colombianos; que los votos son endosables o que alguien tiene asegurada su elección. La razón es sencilla: el Uribismo es Uribe.

Las encuestas realizadas hasta hoy revelan que una candidatura de Uribe superaba, en el peor de los casos, seis veces, a su más inmediato contendor. Sin empezar ninguna campaña y a pesar del escándalo de AIS y la terrible manera como se manejó la expedición de los decretos de emergencia.¿ Para donde van a “coger” esos votos?

Lo más fácil es pensar en herederos “naturales”. Sin embargo, los procesos de percepción que desencadenan las decisiones electorales son más complejos que la voz o deseos de candidatos interesados o barones. Acertará quien ponga en duda la heredad, no del dedo del Presidente, sino de la forma en que lo recibirá la opinión. Uribe sigue siendo el mayor elector.

Hablando de escenarios electorales habría que considerar los obvios que surgen de las encuestas realizadas hasta ahora. Juan Manuel Santos y Nohemí Sanín en una segunda vuelta. Pero la formación de la opinión no es estática ni se puede calcular con regla de tres o de manera probabilística. Ni siquiera considerando que no se producirán más hechos políticos(El fallo lo es) importantes de ahora hasta mayo.

En las alianzas entre candidatos en juego nada se puede descartar .Ni siquiera una entre Nohemí Sanín y Rafael Pardo, de partidos anteriormente antagónicos pero que además de su anti reeleccionismo comparten antecedentes en la causa del Ex Presidente Pastrana. Los llamados tenores son un buen ejemplo de la manera en que al calor de las ambiciones electorales todo es posible. Es seguro que de alguna manera todos apostaran a parecerse a Uribe, para reclamar su parte del 48%.

Sin embargo existen otros argumentos que surgen de la Constitución y de la reforma política que podrían jugar. El más importante, lo que ocurriría si una mayoría simple vota en blanco en las presidenciales o si la participación decrece, por ejemplo. Amanecerá y veremos. Faltan más que tres meses hasta Mayo.

  • Luis Carvajal Basto

sábado, 20 de febrero de 2010

Verdades y mentiras de la Emergencia Social: 40 Y 20


Por: Luis Carvajal Basto
En un año electoral vale la pena observar los hechos, más que los discursos. Todos queremos un mejor servicio de salud, pero es difícil conseguirlo solo con comentarios parcializados e injustos. Sigue haciendo falta el debate televisado.

Existe una fórmula “mágica” para solucionar los problemas de los ciudadanos: Qué el Estado les “regale” o reemplace. Pero eso en el mundo real es mentira y parece más testimonio de magos y malos políticos. Populismo. En el fondo, es aprovecharse de su desconocimiento e ignorancia. Ese tipo de argumentos se cae con una pregunta sencilla: ¿Y el Estado, en la Colombia de hoy, de donde obtiene recursos para ofrecer mejor salud, para todos y gratis?

Si el sistema se quiebra, solo tendrían acceso los que puedan pagar. ¿Y, los millones que hoy están subsidiados? No se recuerda, por ejemplo, que este asunto está ligado al de empleo y que se trata de buscar un equilibrio en el servicio que reciben quienes pagan y quienes no pueden hacerlo.

¿Será que mientras averiguamos, y algún candidato trae al mago, paralizamos el sistema de salud o dejamos que colapse? O, más bien, hacemos más eficientes los recursos disponibles, los adicionamos, como lo hace la reforma al inyectarle 1.2 billones de pesos más, mientras en la calle, sin fundamento, se comenta que “recortaron los recursos de la salud”, lo cual es mentira. Otra cosa es que se transfieran directamente a los interesados, sin pasar por las entidades territoriales.

Los protocolos por los que se cuestionan los decretos, se venían practicando por parte de las entidades y ahora fueron reglados, para proteger el interés de todos. ¿Acaso no es eso lo que esperamos los ciudadanos por parte del Estado, su más elemental función en la defensa del interés general?

Impacta tremendamente en un país pobre, en el que la palabra “contrato” está tan desprestigiada, con razón, escuchar que “se gastaron 125.000 millones”, sin explicar que se refiere a los últimos cuatro gobiernos. Esa afirmación, clasifica en la categoría de “mentiras verdaderas” y aumenta de tamaño si se considera que en ese periodo su ejecución fue supervisada por el BID; que con esos recursos se pagaron innumerables análisis, estudios y trabajos, etc., por años y que está relacionada con la duplicación del número de colombianos atendidos por el sistema.

Si alguien duda de que el debate se politizó y que cualquier tema como este pasa por el filtro de las elecciones que vienen, vale la pena recordar una frase expresada la semana que pasó: “Hacen de esto un tema de campaña electoral. Se equivocan y tacan burro”. No es de Uribe, sino del Alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, y no se refiere a la emergencia sino al debate sobre los contratos de vías en la capital. Por cierto, los copartidarios del Alcalde marcharon en todo el país contra los decretos de emergencia.

Con los decretos y su cuestionamiento político comenzó en serio la campaña presidencial, sacrificando, en aras de los intereses políticos de candidatos oportunistas, un asunto de Estado que merece una discusión pública y de gran altura. Sectores de la oposición encontraron servido un argumento que no tenían (Un plato de papaya), lo cual en política es apenas natural, pero no deja de ser perverso.

Existen verdades que no se pueden tapar. Crudas, precisas y frías pero indiscutibles: se expresan en cifras .Y una de ellas nos dice que el sistema de salud en Colombia pasó de algo más de 20 a casi 40 millones de afiliados. Ese solo hecho justifica la emergencia decretada, al margen de la manera en que se hizo.


sábado, 13 de febrero de 2010

DEBATE EN TELEVISION A LA EMERGEWNCIA SOCIAL

Por: Luis Carvajal Basto
Los considerandos del decreto que establece la emergencia social parecen suficientes para un comité de expertos, pero la acidez del momento político ha permitido que este asunto tan delicado se convierta en argumento electoral.
Ante la incertidumbre y expectativa generada convendría, como lo propuso el Presidente Obama en Estados Unidos, que se debata de cara al país en un debate televisado y en horario triple A.
Los sistemas de salud y la seguridad social requieren cada vez más recursos de los gobiernos en la medida que aumenta la esperanza de vida.¿ Crecen los recaudos de manera comparable?¿ La eficiencia en la administración de recursos, económicos científicos y tecnológicos? No siempre. La mayoría de veces, la población sí y sus necesidades.
Por otra parte, ¿Será un asunto médico o uno de administración? El asunto se complica al observar que la legislación, en todos los países, no permite que las deudas personales sean heredadas, pero las públicas y de empresas sí. Un gobierno irresponsable siempre tendrá el recurso de endeudarse ofreciendo Pan hoy y garantizando hambre mañana-.Lo primero que se debe reconocer es que en Colombia hemos actuado con responsabilidad, sin caer en medidas de corte populista.
Con sus imperfecciones, la Ley 100 permitió que el sistema de salud avanzara hacia la universalidad otorgando un trato igualitario a todos los afiliados. Antes de ella, quienes podían pagaban a prestigiosos médicos y quienes no, recurrían al sálvese quien pueda. Todavía, se escuchan comentarios quejándose de la atención a pacientes del POS en clínicas de renombre que creían reservadas para los ciudadanos de mayores recursos.
No debemos olvidar los efectos del SISBEN, que hizo posible el acceso al sistema de salud de millones de colombianos de escasos recursos. Todo lo anterior para decir que nuestro sistema ha permitido una cobertura con que no soñábamos hace 20 años y es sinónimo de igualdad no en los discursos, sí en la vida real, por lo que los colombianos debemos defenderlo y mejorarlo.
La salud pública es un asunto de Estado pero no parecen entenderlo así quienes quieren convertirlo en argumento electoral. El Presidente ha salido a apagar un incendio ocasionado por un Ministro “técnico”, que presionado por circunstancias e intereses no buscó consensos reales e informó a la opinión, antes de la expedición de los decretos de manera debida, aunque otra cosa debió creer él mismo al informar al Presidente.
No hemos visto a Uribe en plan de candidato sino asumiendo el desgaste y defendiendo el sistema, como corresponde. Ha pedido eficiencia y explicado que lo cobros no POS se triplicaron entre 2007 y 2009, llegando a 1.8 billones de pesos, que la intermediación hace que muchos recursos de salud se dediquen a otros menesteres; que la deuda de las entidades territoriales con las EPS se ha multiplicado por 10 en un periodo breve; que las mismas entidades deben a hospitales y clínicas más de medio billón; que muchos procedimientos no incluidos estaban desfalcando el sistema y en fin, que una situación así no podía continuar y amenazaba su viabilidad , justificando la emergencia decretada.
Pero ¿Debía el gobierno darse esa “pela”, incluyendo impuestos a licores y tabaco, en un año electoral y de la manera en que lo hizo? Sí y no. No, en razón de buscar de manera previa con los interesados y la opinión el consenso necesario antes y no después. No, porque no consideró el impacto político que tendría en un año electoral en que muchos están pendientes de un estornudo del Presidente; no, porque no existió una adecuada estrategia de comunicaciones basada en encuestas previas; pero sí, porque los gobernantes en todo momento deben afrontar sus responsabilidades, “poner la cara” como lo hace el Presidente.
A todas estas, lo mejor sería que los ciudadanos tengan la oportunidad de informarse y escuchar los diferentes puntos de vista en un debate televisado; al fin de cuentas se trata de la salud de los colombianos.

sábado, 6 de febrero de 2010

¿Encrucijada “de almas” en la Corte?


Por: Luis Carvajal Basto
Difícil tarea para el Magistrado Sierra justificar ante el País y la Historia, las razones según las cuales vicios de forma son más importantes que el sentir de millones de Colombianos que firmaron una solicitud para votar Libremente. En democracia, el pueblo es soberano. Es la visión del Magistrado no la de la Corte.

La Corte Constitucional se encuentra en la tarea de convertir una controversia política en una decisión jurídica. Al final, todos esperamos un fallo en derecho, pero sobre todo, oportuno, en medio de un ambiente cargado de presiones e intereses. La táctica parlamentaria de dilatar, aplazar y posponer, no puede imponerse en nuestro más alto Tribunal.

De alguna manera, sostener que los vicios de forma son más importantes que la voluntad popular, quiere decir que sin las trampas no habrían firmado por el referendo los cinco millones de colombianos que lo hicieron. Cualquiera que viva en Colombia, amigo o contradictor del referendo, sabe que eso no es verdad. Una solicitud clara, en el momento del referendo, por parte del Presidente (qué no la hubo) y no consigue cinco sino algunos millones más de votos. ¿Error del Presidente?¿Falta de “ganas”? ¿Alguien lo sabe?

Luego de discutir la ponencia del Magistrado Sierra, la Corte debatirá y si una mayoría es negativa a su postura, nombrará nuevo ponente que tendría la misión de fundamentar la decisión colegiada en que se expresaría la opinión mayoritaria. Pero el tiempo apremia y no sería la primera vez que la Justicia no actúa por extemporaneidad. Permanentemente evaden la cárcel delincuentes comprobados por vencimiento de términos, por ejemplo.

La verdad es que los enemigos de la reelección han apostado, para impedirla, por encontrar la manera en que las mayorías no ejerzan sus derechos. La razón es tan obvia como elemental: hoy día, a pesar del desgaste ocasionado por el debate, la falta de “ganas” del Presidente, la ineptitud de miembros de su gobierno (una cosa es la imagen de Uribe y otra la de su equipo) etc., si presentara su nombre sería reelegido. De lejos.

Las cuentas son sencillas y por todas partes superan las cifras alcanzadas por los firmantes del referendo. En las elecciones de 2006, con un censo electoral de 26.7 millones de votos y una participación del 45%, Uribe obtuvo 7.4 millones de votos. Ahora el censo, (sin depurar) se acerca a los 29 millones y si se mantienen las cifras históricas de participación podrían esperarse en las presidenciales 13 millones. Puede que en el referendo disminuya la constante histórica de participación, pero nunca por debajo de los 7.5 millones que necesitaría. El sí ganaría por demolición.

Las encuestas más recientes de Datexco y el Centro Nacional de consultoría, confirman que, si la corte lo permite, Uribe obtendría al menos el 46% de los votos, seis veces más que el siguiente aspirante de cualquier partido. Eso explica que la artillería anti reelección esté centrada en que los colombianos no podamos votar, encontrando eco hasta ahora, en ciudadanos como el Magistrado Sierra, el mismo Presidente, quien no se define y no ejerce como candidato, pero sin afectar la tendencia mayoritaria entre los colombianos.

La Corte Constitucional, al resolver este cruce de caminos en que se encuentra no ella sino Colombia, señalará, en su sabiduría, el rumbo que seguiremos como Nación. Es, una inmensa responsabilidad en la que han apostado “duro” las presiones y ganas de poder de políticos dispuestos casi a todo para acceder al gobierno y que en el medio encuentran como obstáculo el fundamento de nuestro sistema político: La soberanía popular, la regla de oro de las mayorías. Es esa la verdadera encrucijada.

Posdata: El Señor Rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en un foro realizado la semana que pasó, comparó a la opinión pública colombiana, que reconoce como mayoritariamente afecta al Presidente, con la actitud del populacho que prefirió a Barrabas que a Jesús. La comparación no cabe por ninguna parte y solo puede ser explicada por su condición de matemático (supongo, puro) y opositor. Pero, en su comparación ¿Quién será Jesús, quien Barrabas y quien Pilatos?