sábado, 13 de febrero de 2010

DEBATE EN TELEVISION A LA EMERGEWNCIA SOCIAL

Por: Luis Carvajal Basto
Los considerandos del decreto que establece la emergencia social parecen suficientes para un comité de expertos, pero la acidez del momento político ha permitido que este asunto tan delicado se convierta en argumento electoral.
Ante la incertidumbre y expectativa generada convendría, como lo propuso el Presidente Obama en Estados Unidos, que se debata de cara al país en un debate televisado y en horario triple A.
Los sistemas de salud y la seguridad social requieren cada vez más recursos de los gobiernos en la medida que aumenta la esperanza de vida.¿ Crecen los recaudos de manera comparable?¿ La eficiencia en la administración de recursos, económicos científicos y tecnológicos? No siempre. La mayoría de veces, la población sí y sus necesidades.
Por otra parte, ¿Será un asunto médico o uno de administración? El asunto se complica al observar que la legislación, en todos los países, no permite que las deudas personales sean heredadas, pero las públicas y de empresas sí. Un gobierno irresponsable siempre tendrá el recurso de endeudarse ofreciendo Pan hoy y garantizando hambre mañana-.Lo primero que se debe reconocer es que en Colombia hemos actuado con responsabilidad, sin caer en medidas de corte populista.
Con sus imperfecciones, la Ley 100 permitió que el sistema de salud avanzara hacia la universalidad otorgando un trato igualitario a todos los afiliados. Antes de ella, quienes podían pagaban a prestigiosos médicos y quienes no, recurrían al sálvese quien pueda. Todavía, se escuchan comentarios quejándose de la atención a pacientes del POS en clínicas de renombre que creían reservadas para los ciudadanos de mayores recursos.
No debemos olvidar los efectos del SISBEN, que hizo posible el acceso al sistema de salud de millones de colombianos de escasos recursos. Todo lo anterior para decir que nuestro sistema ha permitido una cobertura con que no soñábamos hace 20 años y es sinónimo de igualdad no en los discursos, sí en la vida real, por lo que los colombianos debemos defenderlo y mejorarlo.
La salud pública es un asunto de Estado pero no parecen entenderlo así quienes quieren convertirlo en argumento electoral. El Presidente ha salido a apagar un incendio ocasionado por un Ministro “técnico”, que presionado por circunstancias e intereses no buscó consensos reales e informó a la opinión, antes de la expedición de los decretos de manera debida, aunque otra cosa debió creer él mismo al informar al Presidente.
No hemos visto a Uribe en plan de candidato sino asumiendo el desgaste y defendiendo el sistema, como corresponde. Ha pedido eficiencia y explicado que lo cobros no POS se triplicaron entre 2007 y 2009, llegando a 1.8 billones de pesos, que la intermediación hace que muchos recursos de salud se dediquen a otros menesteres; que la deuda de las entidades territoriales con las EPS se ha multiplicado por 10 en un periodo breve; que las mismas entidades deben a hospitales y clínicas más de medio billón; que muchos procedimientos no incluidos estaban desfalcando el sistema y en fin, que una situación así no podía continuar y amenazaba su viabilidad , justificando la emergencia decretada.
Pero ¿Debía el gobierno darse esa “pela”, incluyendo impuestos a licores y tabaco, en un año electoral y de la manera en que lo hizo? Sí y no. No, en razón de buscar de manera previa con los interesados y la opinión el consenso necesario antes y no después. No, porque no consideró el impacto político que tendría en un año electoral en que muchos están pendientes de un estornudo del Presidente; no, porque no existió una adecuada estrategia de comunicaciones basada en encuestas previas; pero sí, porque los gobernantes en todo momento deben afrontar sus responsabilidades, “poner la cara” como lo hace el Presidente.
A todas estas, lo mejor sería que los ciudadanos tengan la oportunidad de informarse y escuchar los diferentes puntos de vista en un debate televisado; al fin de cuentas se trata de la salud de los colombianos.

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