sábado, 28 de marzo de 2009

LOS AVESTRUCES NO GOBIERNAN


Por: Luis Carvajal Basto
¿de la seguridad democrática a la económica?

El reconocimiento, por parte del Gobierno, de la llegada de la crisis a Colombia no ayuda a solucionarla pero indica que está en la agenda política y se va a “poner de moda” en la opinión. Cabe esperar propuestas para salir y no pretextos para desestabilizar o conseguir votos.

Si algo tenemos claro los ciudadanos del mundo es que la crisis no es imputable a ningún gobierno en particular. Sí, a la falta de supervisión al sistema financiero internacional o la debilidad institucional de todos los gobiernos.

Colombia es una excepción que nos ha permitido tener un sistema financiero sólido, pero no tanto como para escapar a la caída de la demanda internacional y a la pérdida de confianza en todo el mundo que reduce inversiones, expansión de empresas y empleos.

Si el asunto es una perdida generalizada de confianza, no conviene a los gobernantes asumir el papel de profetas de desastres. Hasta la semana que pasó el gobierno no quiso servir de caja de resonancia a malas noticias que quitan empleos, pero las cifras del último trimestre de 2008 son una realidad inevitable.

Eso no quiere decir, como lo expresa el ex Ministro Hommes, que hicieron mal funcionarios del gobierno al difundir, en su momento, que nuestra economía estaba blindada. Habría sido irresponsable asumir una actitud contraria. Los inversionistas están atentos a ese tipo de señales que se traducen rápidamente en reducciones de las nóminas, más desconfianza y miedo. El liderazgo no trata de eso. Los avestruces no gobiernan, doctor Hommes.

El reconocimiento de la crisis por parte del gobierno y la forma como han reaccionado sectores opositores, pone de presente que lo peor que puede ocurrir con la crisis es que se utilice como argumento de la próxima campaña por la Presidencia.

Hasta ahora sabemos que tendremos elecciones, pero de propuestas, nada. La oposición se encuentra dedicada a descalificar una nueva reelección del Presidente y sobre ese argumento gira, por ejemplo, la actividad de un sector del Liberalismo. Al Polo, las aspiraciones encontradas de sus dirigentes no les deja tiempo para proponer nada y los Conservadores, pegados a Uribe, esperan su mejor oportunidad.

Por su parte el Presidente parece comenzar a identificar que lo que la gente percibe como seguridad democrática, puede no ser suficiente para asegurar mayorías al Uribismo en una nueva elección.
Entre tanto, la oposición apuesta a endosarle la factura de la crisis. El Doctor Hommes, ahora vocero de ellos, también lo ha dicho “… si la economía va mal no hay reelección”. Pero es que tampoco habrá empleo ni comida en las mesas de los pobres, doctor Hommes, ni recursos para la educación y la salud. El problema no es la reelección o no, sino el país.

La versión Colombiana de la crisis es bien distinta a la norteamericana o la europea. Aquí se ha sentido la caída en la demanda de esos mercados y de Venezuela y Ecuador, pero no va a ser suficiente para que perdamos la confianza antes de empezar a rescatarla.

Por lo pronto, lo que conviene es mantener la fortaleza de nuestras instituciones, incluidas las financieras, ejecutar los presupuestos públicos y de ser necesario endeudarnos más para que el Estado pueda reemplazar la caída de la actividad privada.

Y lo que no conviene es que la crisis mundial, que debe ser tratada como un asunto de Estado, se convierta en materia prima de la próxima campaña Presidencial. O de una oposición que, vale decir como los avestruces, considera que no llega al gobierno por culpa de Uribe y reduce su actividad a ponerle palos, olvidándose que los programas y el mundo exterior existen.

Por esa vía, habrá alguna probabilidad de atajar otra reelección de Uribe, pero no se cambia la realidad del país, a menos que crean que gobernará mejor algún Uribito.

sábado, 14 de marzo de 2009

¿CRISIS EN LA COMISIÓN NACIONAL DE TELEVISIÓN? OPORTUNIDAD PARA LA EDUCACIÓN

Crisis en la Comisión Nacional de TV? Oportunidad para la educación
Por: Luis Carvajal Basto
Las componendas y marrullas en los procesos de elección de los comisionados y la forma como se gastan los recursos públicos, dependen de vacios legales que pueden considerarse "arandelas"•.El asunto de fondo es que desde su creación, el desarrollo del medio y de las nuevas tecnologías, la hacen obsoleta.
Luis Carvajal Basto
El momento de creación de la cntv coincidió con la irrupción de la televisión privada en Colombia. Su estatus Constitucional reconoce la importancia de un medio que además de formar, informar y recrear, resulta vital para el equilibrio y funcionamiento del sistema democrático. El cuarto poder, el de los medios, mediante los cuales se expresa y se informa la sociedad.
Pero mucho ha cambiado desde entonces y la popularización de las nuevas tecnologías de información y comunicaciones, que han marchado hacia la convergencia, no han encontrado una respuesta adecuada y equiparable en el andamio Institucional. En este escenario no parecen definidas las competencias de las comisiones de televisión y de regulación de las telecomunicaciones.
La reforma de la comisión, anunciada por el Ministerio de comunicaciones, es una oportunidad para superar estos vacios, pero puede serlo también para coordinar los esfuerzos y recursos de diferentes entidades estatales, modernizando la gestión pública y, sobretodo, el sistema educativo.
Recientemente, el columnista Guillermo Santos propuso, con sobradas razones, el nombramiento por parte del gobierno de un CIO (Chief Information Officer) que asumiera el reto de las nuevas tecnologías en el sector público. Dada la convergencia e integración de los diferentes medios y su importancia en el proceso educativo, se debe hacer lo mismo con la CNTV y los esfuerzos de los Ministerios de Educación y Comunicaciones.
Se puede considerar, hoy día, que Internet es una forma de educación no formal con un peso enorme que permite el acceso, incluso, a contenidos de televisión no reglados. Es, "el reino de la Libertad", lo cual es maravilloso, pero podría ser mucho más que eso, en la perspectiva de ayudarnos a ofrecer una formación competitiva.
Otro tanto ocurre con la televisión pública, que dado su poder de masificar contenidos y ante la inminente digitalización, va a permitir interactividad, de gran ayuda en los procesos educativos. En la perspectiva de mejorar competitividad y oferta de redes, medios y contenidos educativos, han sido importantes programas como Compartel, la agenda de conectividad y comienza a serlo el plan TIC, no pudiéndose decir lo mismo de la televisión educativa que , si alguna vez existió, ha prácticamente desaparecido siendo una de las motivaciones del Constituyente al crear la CNTV. Los recursos de esta, son enormes y aportan poco. Las rentas parafiscales, y lo que pagan la televisión por cable y la privada, se difuminan en nada que se note y ayude a la capacitación para el empleo de los Colombianos. Por otra parte, medida en puntos de audiencia, la televisión pública hace muy poco en comparación con lo que gasta.
Todo esto nos coloca ante un escenario en que resulta ya indispensable no solo el CIO, sugerido por el Doctor Santos, sino la creación de una Unidad Administrativa especial que coordine los esfuerzos de Gobierno en Educación y NTIC.De la crisis de la CNTV, pueden salir cosas buenas.
Esperemos que al congreso que se instala, tan ocupado en la mecánica política, le quede tiempo para estos asuntos "banales" que comprometen, ni más ni menos que, pilares de nuestro futuro como Nación.
Luis Carvajal Basto