jueves, 26 de julio de 2007

INFLACIÓN: UN IMPUESTO

Inflación: un impuesto
No es solo un impuesto. Es el peor de todos. La compra de dólares es un subsidio a los exportadores que pagamos todos.
Luis Carvajal Basto

El Espectador
miércoles, 04 de abril de 2007

La noticia según la cual el costo de vida se ha incrementado en lo que va del año un 3.18%, es malísima para los Colombianos. La inflación es un impuesto que no discrimina pero afecta más a los pobres. Subirán los arrendamientos, las cuotas de vivienda, los créditos y los bienes que consumimos.
Se ha adjudicado el aumento de los precios a factores como el clima y la reducción de las cosechas. También a la disminución de las áreas cultivables por que se han destinado, cada vez mas, a la producción de biocombustibles. Factores sobre los cuales ni el Gobierno ni el Banco de la República pueden intervenir. Sin embargo existen otras variables responsables de esta inflación que pueden ser controlados
El primero de ellos es la compra de dólares por parte del Banco de la República para contener la revaluación del peso. Esto significa menos ingresos para los exportadores, pero también importaciones de bienes de capital y consumo a menores precios. Es muy claro que un dólar barato y el aumento de la oferta interna por cuenta de las importaciones ha ayudado a contener los precios, mantener relativamente estables los salarios y por lo tanto las utilidades de las empresas. Tienen derecho los exportadores en reclamar y es por eso que el Banco central ha salido a comprar dólares de manera masiva, pero no al punto de afectarnos a todos. Con el aumento de dinero circulando se han disparado los precios. Todos pagamos ese impuesto y los exportadores tampoco se han beneficiado de manera comparable.
Si se trata de un exceso de demanda al cual no ha correspondido la oferta interna, se podrían intentar medidas de fomento a las importaciones de bienes escasos. El Ministerio de Agricultura, concertando con los productores, debería tomar la iniciativa en el señalamiento de los bienes cuya oferta es o va a ser escasa. Su papel no debe limitarse a resolver los problemas de los agricultores. Más importante que sus intereses, son los de todos los Colombianos, como pasa ahora con la inflación.
El asunto es que con el TLC y la creciente apertura de mercados, dependeremos cada vez más de la oferta y demanda internacional. No sólo el ingreso de capitales que aumentan la inversión y el empleo son y serán necesarios para un correcto desempeño de la economía. No podemos pretender integrarnos en mercados globalizados solamente a nivel financiero. Una economía abierta, como la nuestra, requiere considerar herramientas diferentes al manejo puramente monetario para conseguir y mantener el equilibrio. En este caso, el Gobierno mucho puede hacer, sin necesidad de resucitar al Idema.
La intervención del banco de la República para que no se caiga el Dólar puede interpretarse como un subsidio a sectores exportadores. Subsidio que por la vía de la inflación, vamos a pagar todos los colombianos. Su misión fundamental, de acuerdo con la Constitución , se refiere al control de la inflación.
El Gobierno debe analizar hasta que punto en esta disparada inflacionaria han incidido los nuevos impuestos y el Gasto público, de todas maneras necesarios . Pero sobre todo llamarse la atención por no haber previsto los efectos de un exceso de demanda dejando el asunto a un manejo puramente monetario. El problema no son los efectos del crecimiento de la economía en niveles como el del año anterior, que se han tratado de detener(¡) con el alza decretada de las tasas de interés , pasando de un 6 a un 8% en un periodo breve. A aumentar la oferta interna de alimentos, Ministro Arias.. Y mientras tanto, a importar.

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