jueves, 26 de julio de 2007

POLÍTICA COMERCIAL: ¿EN RETROCESO?

Política comercial: ¿en retroceso?
Colombia se encuentra buscando firmar Tratados de Libre Comercio con nuestros principales socios comerciales.
Luis Carvajal Basto

El Espectador
martes, 13 de febrero de 2007


El TLC con Estados Unidos, en caso de ser ratificado, no parece suficiente para mantener y mejorar los volúmenes de comercio, los niveles de crecimiento y el ritmo de la economía. ¿Fracasó la integración andina? ¿Dará resultado esta estrategia de devolvernos al pasado y negociar con cada país en particular? ¿Que pasó con la liberalización a escala global y la cláusula de nación mas favorecida? ¿Tenemos una estrategia comercial de largo plazo, o la hemos sustituido por el pragmatismo del día a día?
Hasta hace unos años parecía establecido que la apertura y liberalización eran reglas. En realidad lo son, a pesar de no estar muy claros los vínculos entre el crecimiento de las exportaciones de un país y su desarrollo económico. En Colombia lo que sí está claro es que la revaluación ha generado un déficit creciente de la balanza de pagos, pero por otra parte ha impulsado el crecimiento de la Economía permitiendo importaciones de maquinaria y equipo a bajo costo y la entrada de bienes de consumo y alimentos que hacen posible tener la inflación bajo control. Imposible pensar en el aislacionismo y en las perspectivas de crecimiento fundamentadas únicamente en el desarrollo del mercado interno, al estilo Chávez. Al Gobierno no le queda otra alternativa que ampliar el horizonte de sus mercados.
Negociar en bloque las condiciones de entrada a nuevos mercados era uno de los dos argumentos fuertes de la integración Andina. El otro, el aprovechamiento de las economías de escala. Todavía lo son. Sin embargo la estrategia comercial norteamericana de negociar tratados, uno a uno, acabó de golpear el proceso de integración. Es penoso, pero apenas natural. El mercado más grande impone sus condiciones. En los negocios no caben consideraciones de carácter afectivo. Otra cosa es que por problemas de política interna, el TLC tropiece en Estados Unidos. En Colombia, con las mayorías del Gobierno en el Congreso, no debe tener problemas. En todo caso, ha sido un golpe muy fuerte para la integración andina, que en el corto plazo no parece tener posibilidades de recuperación.
Ese escenario deja con muy malas perspectivas las relaciones de negocios con Venezuela, uno de nuestros principales socios comerciales , con el que, por cierto, Colombia tiene una balanza comercial favorable casi de 1 a 2. Por cada dólar que importamos, exportamos casi 2. Y en unos volúmenes cercanos a los 2.500 millones de dólares en el último año, capaces de afectar en mucho los resultados de la balanza comercial.
La cláusula de nación más favorecida, fundamento de la liberalización comercial de los recientes decenios y pilar de la Globalización, cede terreno ante la necesidad de gobiernos como el de Venezuela de proteger sus mercados. Estos acuerdos bilaterales que ahora está buscando Colombia con nuestro vecino rico y otros países son un retroceso en la perspectiva de liberalización del comercio. Pero son indispensables para nuestro futuro comercial y la estabilidad de la balanza de pagos.
Por lo tanto, la dinámica actual del comercio mundial y a la cual no escapa nuestro país, poco tiene que ver con discursos de tipo ideológico que construyen disquisiciones reclamando una independencia que hoy es impracticable, como lo hacen los opositores a ultranza de los tratados. Se trata de conseguir mercados para nuestros productos y el trabajo Nacional y de negociar las compras en las mejores condiciones. Hace bien el Gobierno actuando con tanto pragmatismo. Pero es que no hay otra cosa que pueda hacer.

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