jueves, 26 de julio de 2007

ADIOS A UN LIBERAL

Adiós a un liberal
”El Partido Liberal no se puede situar a la cola del Polo Democrático, así van a acabar con el Liberalismo, ese es un movimiento emergente que no se sabe para dónde va y el Liberal es un partido consolidado que ha construido las más importantes instituciones del país”. Luis Guillermo Vélez Trujillo. Q.E.P.D
Luis Carvajal Basto

El Espectador
martes, 06 de febrero de 2007

Si se pudiera resumir con cuatro palabras el periplo de Luis Guillermo Vélez durante su vida entre nosotros, habría que decir: Amigo, Antioqueño, buen economista y, por supuesto, liberal.
De su amistad debo decir que se trataba de una relación que ofrecía de manera espontánea y serena, leal y seria. Siempre dispuesto a atender los requerimientos y los temas que preocupaban a sus amigos. A cualquier hora y en el lugar en que se encontrara. No era necesario efectuar grandes disquisiciones con él porque su inteligencia y deseos de ayudar no daban espera.
En momentos difíciles en que la lealtad y los principios se ponían a prueba y cuando otros que creímos nuestros amigos nos dejaban al abrigo de la noche y de los lobos, aparecía la mano solidaria de Luis Guillermo, atento, amigo, todas las horas, todos los días, todas las veces.
Trabajador incansable hizo siempre honor a la proverbial laboriosidad de los paisas. Empresario con visión de largo plazo en los negocios, fue también exitoso. Directo y claro en sus operaciones comerciales, fue siempre generoso con sus socios y colaboradores. Fernando Rueda Franco, su infaltable amigo personal y de negocios lo describía, hace unos años, como una persona grata y agradecida.
Los temas relacionados con el desempeño profesional y el estudio de la economía fueron otra de las apasionadas labores que emprendió. Pocos de nuestros legisladores conocían como él los secretos de las cuentas nacionales. La balanza comercial y los detalles más mínimos de la balanza de pagos. Sus debates en el Congreso sobre estos temas son piezas magistrales de lo que debería ser una cátedra de política comercial y política exterior. Ojalá alguien los recupere y los conserve. Difícilmente conseguiremos sus explicaciones didácticas, su rigurosidad y su sencillez al explicar asuntos complejos. Nos enviaba por correo electrónico sus columnas, en las que advertíamos su preocupación por unas finanzas nacionales sanas y su alegría por haber incidido, sin reclamarlo como un logro suyo, en la reducción de los niveles de la deuda externa y el servicio de esa deuda.
Pero sobre toda otra consideración debe decirse que Luis Guillermo Vélez fue un liberal de tiempo completo, ahora que ya casi no quedan. Si ser liberal trata de una concepción del mundo que consagra la libertad individual con el respeto de los derechos de todos, de la intervención del Estado para redistribuir el ingreso sin afectar la iniciativa privada y el mercado y del ejercicio limpio y transparente de la política, Luis Guillermo Vélez nos ha dejado muchas enseñanzas.
Pero más que eso, sus hechos y su coherencia con sus ideas nos hacen verlo partiendo hacia el infinito empuñando en su mano las banderas de la Libertad, la Equidad y la Dignidad. Y las banderas rojas de su forma de interpretar a un Liberalismo que fue motivo y pasión de su vida pública. En este momento lo recuerdo desolado luego de su derrota en el ultimo congreso liberal. Solo, tomándose un café, preparándose para nuevas luchas.
Por razones relacionadas con el devenir de los hechos políticos, Luis Guillermo Vélez ha muerto encontrándose por fuera del aparato burocrático de su partido. Pero a nadie se le ocurre situarlo por fuera del olimpo, reservado a los más ilustres dirigentes del Partido Liberal. Ante la actuación lamentable de la Dirección Liberal que le sobrevino, escribió en carta dirigida a sus copartidarios y a los ex presidentes, la siguiente frase que explica sus últimos años de actividad política y que con algo de premonición recupera ahora actualidad: “El Partido Liberal no se puede situar a la cola del Polo Democrático, así van a acabar con el Liberalismo, ese es un movimiento emergente y el Liberal es un partido consolidado que ha construido las más importantes instituciones del país”. Advertencia oportuna, ahora que se ha maltratado tanto la dignidad del Liberalismo.
Nos van a hacer falta sus luces, compañero Luis Guillermo, pero vivirá usted para siempre en nuestros corazones y en los de muchos colombianos y liberales que no claudicaremos y seguiremos su ejemplo: trabajar para ganarnos el derecho a ser libres y dignos. En el lugar en que se encuentre, reciba, con nuestra gratitud, un abrazo fraternal de quienes tuvimos la maravillosa oportunidad de conocerlo.

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