jueves, 26 de julio de 2007

OTRA CRISIS LIBERAL

Otra crisis liberal
No se dan por enterados los dirigentes liberales de que la crisis del Liberalismo es también la del sistema político. Van derecho, en el próximo Congreso, a protocolizar una nueva división. Es decir, al matadero.
Luis Carvajal Basto

El Espectador
miércoles, 21 de febrero de 2007


La nuestra es una democracia en peligro que requiere de instituciones sólidas. Los intereses personales deberían ceder el paso a la razón. Lo mínimo es que se pongan de acuerdo en unas reglas básicas, esta vez, de supervivencia. Negociar, buscar consensos, aprender de las derrotas.
El objetivo mas importante de los partidos consiste en acceder al Gobierno para realizar sus propuestas políticas. Para ello hay que construir mayorías. Los doctores Serpa y Gaviria parecen creer que sus particulares intereses son más importantes que la supervivencia del Partido. Las responsabilidades políticas que se reclaman entre ellos comprometen al Liberalismo. Esta regla debería observarse cuando se refieren a su desempeño en el pasado. La solidaridad de cuerpo y el debate interno han sido reemplazados por la ofensa y la descalificación pública entre los dirigentes. Mal.
Una mirada al pasado reciente nos muestra que la deliberación cedió el paso a practicas no democráticas, más bien estalinistas. Muchos liberales fueron expulsados del partido por delitos de opinión. Lideres indiscutibles e irremplazables. En lugar de examinar las razones de tres sucesivas derrotas presidenciales se dieron a la tarea de “purificar” el partido. Ahora, el fantasma de la “purificación” se vuelve en contra de quienes la esgrimieron como argumento. Paradojas de las “purgas”. Después, ¿a quienes les tocará?.Luego de la derrota del 28 de mayo propusimos, con El Espectador y la Universidad Javeriana, realizar un examen académico de la situación del partido. Sin explicar razones recibimos una carta en que se nos decía que no era posible que los Liberales se reunieran a deliberar. El asunto era que invitábamos a Liberales que no estaban en la actual estructura del Partido. No eran considerados “puros”.
Ese errático comportamiento con los copartidarios ha llevado a los dirigentes a consolidar una minoría de quienes se consideran incontaminados. O mejor dicho, dos, lideradas por los doctores Serpa y Gaviria. Mientras tanto las mayorías Liberales se encuentran por fuera de esa estructura. Las encuestas demostraron que votaron por Uribe, los mas, y por el Polo, los menos.
Las realidades políticas de Colombia hoy revelan que un sector del Partido se ha desplazado hacia el polo en las pasadas elecciones de Alcalde y Presidenciales. Parece que está en camino de constituirse o consolidarse la sociedad entre el sector Serpista y el Polo, socios en la administración de Bogotá, donde este último es claro ganador. La Alcaldía de Bogotá que consiguió con el apoyo de ese sector del Liberalismo, le permitió conseguir el segundo lugar en las presidenciales. Apenas natural si se considera que el candidato Serpa no competía con Carlos Gaviria. No debatía, conversaba y no perdía ocasión para echarle flores. Parecían correligionarios. Parecen. Todo eso, a costa del prestigio y los votos del Liberalismo.
El próximo congreso Liberal va a ser escenario, como es natural, de una puja por el control del Partido donde hasta ahora,el ex Presidente Gaviria tiene todas las de ganar. Lastima que no estén presentes las grandes mayorías Liberales,hoy por fuera del Partido. Lastima que suscite mas expectativas esa puja que la preparación de las próximas elecciones regionales, en especial las de Alcalde en Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla. Que no se examinen a profundidad las razones de las derrotas del pasado y la inconveniencia de las alianzas con el polo, a quien le han cedido todos los espacios. Que no se reivindique la unidad del Liberalismo como alternativa de poder. Que no se invite a los Liberales que se encuentran en otros partidos. Que no se busque la unidad.
Resultaría conveniente que los estudios y análisis de imagen, las encuestas y otros métodos de medición de la opinión, remplazaran por una vez las particulares visiones de quienes se creen, por si mismos, asistidos por la razón. En lugar de una realidad preconcebida podrían encontrar los dirigentes liberales una explicación a la situación de postración en que el partido se encuentra. Si no es así el próximo congreso será una confrontación estéril. Mientras tanto, la historia y el desarrollo de los hechos continuará desplazándolos, cada vez mas lejos del Gobierno que hace posible la realización de las ideas, Y de la gente, que buscará expresar su Liberalismo en otras formaciones partidistas. Aunque no sean tan puras como la versión socialdemócrata de Serpa y sus amigos o tan incontaminadas como los amigos del Ex presidente Gaviria se definen a si mismos.

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