lunes, 7 de marzo de 2011

Nubes sobre Bogotá


Por: Luis Carvajal Basto
En las elecciones de octubre en Bogotá se jugará el futuro de los partidos y la coalición de gobierno a nivel nacional, más allá del gobierno de una ciudad con una población, un PIB y un presupuesto superior a muchos países.

Apenas en los comienzos de la campaña por la Alcaldía, soplan vientos de división en los Partidos y suceden cosas increíbles: Los verdes se atomizan luego de unos mensajes del exPresidente Uribe respaldando a Peñaloza; los conservadores, que se comienzan a dividir, apenas observan cómo juegan los partidos que se suponen mayoritarios, mientras el Polo no se repone de los escándalos de corrupción, la mala gestión etc., lo que hace presumir que no tendrá un candidato opcionado.

En la U, que no encuentra un candidato propio con posibilidades de ganar diferente al mismo Uribe, hay quienes no entienden que Peñaloza es el amigo del exPresidente y quien más coincide con sus propuestas, diferente al Peñalosa, un poco extraño, que se reúne para fundar un Partido sin programas, con sus enemigos declarados.

Cada vez parece tener más razón el exAlcalde Jaime Castro, al decir que quien será elegido, todavía no aparece en el partidor. Frente a pesos pesados, con excepción de Peñalosa, tal vez, los demás parecen de palo , como lo daba a entender hace pocos días el periodista Jairo Pulgarin, experto en temas Bogotanos, quien dijo que, por ejemplo, el candidato Luna le sonaba, pero para alcalde local de Teusaquillo.

Si bien es cierto que la política es, tan desafortunada como realmente, cada vez más una cuestión de candidatos percepciones e imagen que de partidos o programas, también lo es que el comportamiento electoral de Bogotá, a lo largo de los años, ha mostrado unas tendencias y dos corrientes de opinión que se mantienen en el tiempo imperturbables, considerando que, como en ninguna otra ciudad de Colombia, el voto independiente alejado de las maquinarias, determina el resultado de las elecciones.

Pero ¿se comporta igual en elecciones nacionales que en locales? Si se observa lo ocurrido en los últimos años la respuesta es un no categórico: el exPresidente Uribe arrasó en la ciudad en las Presidenciales pero, en el mismo lapso, un Polo ignoto, sin experiencia en gobierno ni solidez institucional, se estrenó por lo alto en el gobierno con dos triunfos repetidos en Bogotá al “recoger” un sentimiento que incluyó al Liberalismo, digamos, popular.

Ningún candidato diferente al mismo Uribe tendrá el apoyo unificado de una de las dos corrientes de opinión que conviven en Bogotá, pudiéndose pronosticar que por fuerza de los hechos el exPresidente será candidato o esa corriente perdería, otra vez, las elecciones, aunque no se pueda Garantizar, tampoco, que con él las ganará.

Por otra parte, la corriente de opinión conocida como social, progresista, históricamente Liberal o como se le quiera llamar, que votó en los últimos años por los candidatos del Polo tampoco tiene un candidato y ni siquiera el que resultaría de una eventual consulta entre Parodi, Galán y Luna, la representaría. Más bien, se repartiría votos con Peñalosa y el mismo Uribe. Son identificados, por sectores importantes de los estratos uno a cuatro, como del estrato “19”, al igual que Peñalosa, y no tienen “historia” frente al pueblo Liberal que pretenden unificar o representar. En síntesis, a pesar de que pueda parecer lo contrario, nada está dicho en Bogotá.

POSDATA: Nadie que conozca a Colombia, y se exprese desde y hacia ella de manera responsable, y al expresidente Ernesto Samper, se cree el cuento de que en su gobierno se inventó el narcotráfico, sólo allí este se infiltró en la política, lo cual sería como decir que luego desapareció, o se ordenaron crímenes. ¿Desde cuándo los chismes, usados como argumento político, informan? Muy mal estamos cuando, según la interpretación de un juez, la calumnia se confunde con la libertad de expresión.

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