lunes, 14 de marzo de 2011

¿Germán es el "man"?


Por: Luis Carvajal Basto
Aunque sectores del Partido Conservador y el Uribismo “puro y duro” piden otra vez la cabeza del Ministro del interior, como desde su nombramiento, lo que se observa es un mensaje del gobierno al parlamento acerca de la independencia de la actual coalición. Pero una cosa es la opinión y otra el congreso.

Tal y como lo expresaba el editorial del Espectador el pasado viernes, no le viene mal a nuestra democracia una reconfiguración, inevitable por cierto, de las fuerzas políticas. Pero eso es diferente al costo institucional que está pagando el Partido Conservador por las embarradas de sus miembros.

En el congreso, en este, en todos y en todas partes, se establecen procesos de negociación entre los gobiernos y las fuerzas políticas. La conformación de mayorías pasa por procesos de ajuste que determinan los costos de transacción .El tira y afloje es normal .Los parlamentarios reclaman recursos y obras para sus electores y/o regiones .Llama la atención que en esta ocasión el Presidente del Senado, no ha acompañado ni liderado la rebelión de los hermanos godos y el patatús parece reducido a ese Partido, a diferencia de lo ocurrido hace unos meses.

¿Se está resquebrajando la unidad en el Partido de la U? (Será que la U ya no es tan U?) ¿Se quedan cada vez más solos los conservadores como voz disonante dentro de la coalición de gobierno? Pues esta vez únicamente ellos decidieron apartarse temporalmente de la reunión citada por el Ministro del Interior para solucionar el trancón de los proyectos gubernamentales. Vale aclarar que, aunque no asistió el Presidente de ese Partido, sí lo hizo el congresista Telesforo Pedraza, claro exponente de la fracción Pastranista del Conservatismo.

Si bien no se puede señalar que las conductas denunciadas en entidades como la Dirección Nacional de Estupefacientes y la Superintendencia de Notariado y Registro, que comprometen a funcionarios y congresistas, sean una rigurosa aplicación del retrovisor al gobierno Uribe y deban limitarse, como es de esperar, a su proceso Legal, sin duda tiene consecuencias políticas, como las que observamos la semana anterior. Pero esos sectores conservadores deberían considerar que, aun distorsionando temporalmente la gestión del congreso, se están quedando con la carga negativa de una opinión cada vez más informada que puede entender la función parlamentaria pero no los delitos o provecho particular de algunos de sus miembros.

La apuesta del gobierno Santos al nombrar a Germán Vargas como Ministro del interior fue una fuerte notificación de entrada acerca del carácter independiente del nuevo gobierno respecto de la anterior coalición, por lo que no debería sorprender a nadie. Debe decirse que, teniendo en cuanta los antecedentes, al Ministro le ha ido mejor de lo esperado y en ese pulso la actual situación debe normalizarse con un saldo en positivo para el gobierno.

Aun cuando se escuchen voces expresando que la creación de nuevos Ministerios y la reforma de entidades traspasa el escenario de la gestión pública y la eficiencia administrativa, llegando a fortalecer las nuevas fuerzas en el gobierno, resulta difícil pretender que pueda ser de otra manera y que esas iniciativas se desarrollen para animar a quienes, soterradamente o no, ponen palos en las ruedas del vagón gubernamental. Al fin de cuentas, cada alcalde manda en su año.

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