lunes, 17 de noviembre de 2008

El Gobierno: a “gastar”
Por: Luis Carvajal Basto
La recesión en Europa es un hecho cumplido y en Estados Unidos, también. A pesar de que Colombia ha tenido su sistema financiero protegido, algunas cifras empiezan a preocupar, pero sobre todo la pérdida de confianza de empresarios y consumidores. Sin que la situación mundial nos golpee plenamente, la natural debacle de las pirámides tiene ya a muchos pequeños municipios en “receso”.
La ortodoxia recomienda unas finanzas públicas sanas, pero las consecuencias de una recesión son peores y menos manejables que, hasta un punto, el déficit fiscal. Está claro que en la lista de herramientas de que el gobierno dispone para conjurar la crisis, el gasto público va a resultar fundamental.
No nos “coge” esta crisis en la peor situación: tenemos las mayores reservas internacionales en mucho tiempo y a pesar de las malas expectativas, un indicador poderoso, el consumo de energía, creció más de un 3% en octubre. El déficit fiscal pronosticado llegará al 3% del PIB, 15 billones, ligeramente superior al Norteamericano donde, a pesar de ello, invirtieron 700.000 millones de dólares para comenzar a capotear la crisis.
Así las cosas, las expectativas de crecimiento para los próximos años son mejores que las de muchos países. La semana anterior Fedesarrollo hizo un pronóstico, ajustado, de 3.7% en 2008 y de 2.7 a 3.1 en 2009, si nada cambia tanto. Hay que decir que ojalá las cosas sean de ese tenor y así podamos afrontar lo peor del receso internacional.
Pero el gobierno debe prever y anticiparse a un escenario más complicado con problemas en la balanza de pagos. La actual devaluación algo ayuda a la competitividad de las exportaciones, pero es una tendencia muy difícil de mantener. Debemos seguir apostando por la inversión.
Los efectos de la crisis en el mercado interno y mantener la dinámica de la economía, pueden confrontarse con gasto del gobierno que genere empleos y demanda. Es una buena hora para las obras públicas que el país tiene pendientes desde hace tanto: Infraestructura de verdad, aeropuertos, puertos y vías.
Capítulo aparte merecen las inversiones en Educación que se deben hacer: banda ancha hasta donde se pueda, wimax en ciudades y municipios para que cualquier estudiante o docente se pueda conectar a la red y computadores de bajo costo. Alfabetización digital a gran escala, en todas las edades, profesiones y condición.
Otro capítulo aparte es la financiación a microempresarios con el liderazgo de empresas ya competitivas y el SENA, creando y/o fortaleciendo las cadenas de valor. El Ministerio de Comercio Exterior tiene perfectamente identificados los sectores en que podemos trabajar, que son casi los mismos para el mercado interno y externo.
Resulta lógico que los empresarios soliciten alivios fiscales y reducción de las tasas de interés. Pero este es un momento en que todos tendremos que aportar y entender que en el barco vamos todos y un naufragio no diferencia entre pasajeros. Se debe sopesar la conveniencia a la baja de las tasas de interés con sus efectos en una mayor devaluación y compensar el peso de los impuestos con la mayor dinámica de la economía y las utilidades. El referente es defender y crear empleos e incentivar la demanda.
Esta crisis en ciernes puede ser también una oportunidad para que Colombia de una salto en tecnología, Educación e infraestructura. Si nos vamos a caer, tratemos de hacerlo hacia arriba.
Coletilla: La crisis de “las pirámides” ya tiene a muchos municipios deprimidos y en recesión. Se necesita con urgencia un programa de ayudas. Los gobiernos departamentales y locales también deben “poner

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