domingo, 18 de diciembre de 2011

2011: Sorpresas en la Globalización


2011: Sorpresas en la Globalización

Por: Luis Carvajal Basto

Hasta la crisis financiera en 2007-2008, pocos imaginaban las cosas que vivimos en este 2011. No todas, ni tan, negativas para los colombianos, contrariando pronósticos con sesgo.

Los procesos de apertura económica en los noventa fueron cuestionados, a veces con aliento fundamentalista a ultranza, casi tanto como la intervención excesiva y, a veces, desbordada de los estados en el auge de gobiernos dictatoriales o populistas. Pero economía y sociedades han tomado un rumbo no suficientemente esclarecido y sin embargo tan espontaneo e imprevisto como para sorprendernos.
Hoy vemos que la globalización ha supuesto nuevas formas de especialización y participación de los países en la división internacional del trabajo. Como consecuencia de ello, China es el más grande acreedor y su locomotora crece a tasas, hasta hace poco, soñadas. El bajo precio de sus productos ha generado que el mundo se inunde con sus mercancías. De manera paralela Rusia, Brasil e India han conseguido parte importante de los mercados, tanto como para que el concepto Bric¨s se escuche cada vez más y la presidenta Rousseff ofrezca ayuda a Europa para salir de la crisis. Algunos países emergentes están dejando de serlo.
Simultáneamente se empieza a hablar del concepto Civets, para referirse a los países con un pronóstico de buen futuro. Se refiere a Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, ahora en problemas, Turquía y Sudáfrica. Aparecemos, en la perspectiva global, como una posibilidad interesante y no solo como un país de narcos y violentos. No depende solo de nosotros, pero estamos en la lista de países con posibilidades de emerger de estancamiento y pobreza.
Grandes empresas han trasladado sus producciones a aquellos lugares en que encuentran mayor competitividad .Como consecuencia de ello muchos ciudadanos en los países del primer mundo han perdido sus empleos y sus gobiernos no recaudan lo suficiente para sostener sus niveles de gastos. Pero el asunto no se refiere solamente a Grecia, Italia, España o Portugal. En Estados Unidos, la semana anterior terminó con un acuerdo bipartidista en el congreso para impedir el “cierre” del gobierno más poderoso del mundo. Las cuentas, los ingresos y gastos del gobierno, siguen sin cuadrar.
En un escenario en que competitividad es prerrequisito de empleos, han cobrado fuerza nuevos actores que, a semejanza de falsos guardianes de la moral en el pasado, absuelven y condenan; dictaminan sobre el futuro de gobiernos, empresas y países: son las firmas calificadoras de riesgo que tienen la capacidad de vetar la inversión, el empleo y manipular las tasas de interés sin dar mayores explicaciones. La semana anterior lo han hecho con importantes bancos europeos, pero este año lo hicieron con los Estados Unidos, por ejemplo, como lo destaca el ex Presidente Ernesto Samper en un artículo recientemente publicado. Vale recordar que esas mismas firmas no atisbaron la burbuja inmobiliaria que está en el origen de la crisis actual.
Si las circunstancias, o quienquiera que sea, han llevado al descrédito, a veces con razón por la mala política, de las instituciones de gobierno, en la globalización corresponde defenderles frente a la barbarie y el canibalismo de los que seguimos dando muestras. Cuando parecía un debate superado el de la necesidad de la intervención del Estado, superando las limitaciones de la mano invisible, en este 2011 han reaparecido con fuerza quienes consideran que los mercados se regulan a sí mismos, dejando al garete el interés público y la preocupación por la redistribución del ingreso y el bienestar común. ¿Alguien considera que la humanidad puede subsistir con gobiernos postrados o lo que es peor, llevando las cosas al extremo, sin ellos?
En este sorpresivo 2011, para los colombianos hay, sin embargo, lugar para el optimismo: con la confianza, se mantienen los flujos de inversión nacional y extranjera, el alza concertada del salario mínimo es un buen augurio y también lo son las cifras de desempleo a la baja, las buenas expectativas de crecimiento y el control de la inflación. Si comparamos con las malas de hace apenas unos años, vale reconocer que las sorpresas, en la globalización, también han sido positivas: el país está en tránsito a convertirse en una.
Posdata: 2011 ha sido el año de las siete plagas en Bogotá: Corrupción rampante y obras inconclusas, inundaciones en barrios recién construidos, vías y terrenos que se hunden, con responsabilidad de autoridades o constructores, los dos últimos contralores destituidos , 300.000 votos en blanco en las últimas elecciones de concejo, pero ¿alguien recuerda jaurías de perros en la ciudad asesinando personas como ocurrió la semana anterior sin que alguien se inmute, en el colmo de la insensibilidad? Frente a todo esto ¿Qué acciones, efectivas, ha tomado un personero cuestionado, y descarado, según se dice, con ganas de reelegirse?

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