lunes, 6 de diciembre de 2010

La información al poder


Por: Luis Carvajal Basto
Las revelaciones de una página web, que han puesto a pensar al mundo, son una muestra del tamaño de la revolución de la información y las telecomunicaciones a la que estamos asistiendo.

Más allá de detalles y morbo que producen los contenidos de wikileaks, de las consecuencias jurídicas al revelar secretos de Estado, lo cual renueva un debate acerca de los límites del derecho a informarse por parte de los ciudadanos confrontado con los intereses de Estado, lo que queda es una sensación de asombro sobre las posibilidades de usar la información de que hoy disponemos en la web.

Ha hecho carrera el eslogan “quien tiene la información tiene el poder”, el cual aplica en política tanto para llegar al gobierno, conociendo gustos y preferencias de ciudadanos y competidores, como para ejercerlo y hacer buenas políticas y mejores gobiernos.

No es difícil hoy acceder a información que permita comparar el desempeño de instituciones y gobiernos sin necesidad de recurrir a los escabrosos temas de información secreta o clasificada. Menos complejo, difundirlos cuando son de interés público. En cualquier país democrático la competencia y pluralidad de medios garantiza el acceso a la información.

Una extrapolación de la máxima citada nos llevaría a concluir que quien no tiene la información padece el poder, para no afirmar que se trata de la garantía para los ciudadanos según la cual los poderes que ejercen, jurídico, legislativo o ejecutivo no pueden desbordarse sin que la gente se entere.

Seguramente es esta la razón por la cual la de informarse es hoy el pilar de todas las Libertades y no solo el soporte jurídico y también la que explica que Internet es el lugar adonde confluyen todos a conseguir información, en que se deposita y consulta. Es la biblioteca de Alejandría de nuestros tiempos, aunque mucho más que eso.

Si tenemos en cuenta que las bibliotecas a lo largo de la Historia han sido objeto de persecución, desaparición y quema por parte de pasajeros intereses ideológicos, políticos o religiosos, debemos estar alertas para protegerla, en el entendido de que se trata de un patrimonio de la humanidad.

Si el señor Assange, fundador y propietario de wikileaks, cometió algún delito debe responder por sus actos, pero otra cosa es, como principio, usarlo como disculpa para poner cortapisas al Libre acceso a la información. Internet es sinónimo de Libertad.

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