lunes, 21 de octubre de 2013

Santos: cuenta regresiva

Santos: cuenta regresiva

Por: Luis Carvajal Basto

No es “obligatorio” que el presidente espere hasta el último minuto para proclamar, o no, su decisión de reelegirse. Cada día que pase puede jugar en su contra y en la del proceso de Paz.


“No hay deuda que no se pague ni plazo que no se cumpla”. El 19 de noviembre comienzan  6 meses de conteo regresivo para que los colombianos voten en el exterior. El 25 para que lo  hagamos en Colombia. A medida que esa fecha se acerca aumentan las presiones sobre el escenario político, que afectan el desempeño del gobierno y, también, el desarrollo de los diálogos de Paz.

La incertidumbre, factor con el que puede caracterizarse el actual periodo, reina en el ambiente. En La Habana; en el Congreso; en las encuestas; al interior de los partidos y, dicen en la calle, en los paros promovidos desde sectores que “aprovechan” la vulnerabilidad del  gobierno en el momento.

Las FARC, expresan una duda razonable acerca de una situación a la que, sin embargo, la dilatación de los diálogos ha contribuido. Quieren garantías de que lo pactado será cumplido por parte del establecimiento y el próximo gobierno. Pero, más que una declaración en el sentido  de observar con simpatías la reelección del presidente, esas garantías no  las puede ofrecer sino la aceptación del referendo como mecanismo que ratifique los eventuales acuerdos, que pasarían, referendo de por medio, del plano político al Constitucional.

La parálisis del Congreso en las semanas anteriores puede explicarse solo en parte con el episodio de la reducción de sus sueldos y debe entenderse como un síntoma de esta incertidumbre generalizada. La reforma a la salud, por ejemplo, pasó, pero no sin dificultades. La clase política se encuentra a la expectativa de la decisión presidencial.

Las encuestas miden una opinión en que también se nota la incertidumbre. Si bien las más recientes no muestran variaciones importantes respecto de las anteriores (Los indecisos se mantienen y a pesar del desgaste del gobierno en los paros, Santos, en ausencia de Vargas Lleras, sigue siendo el candidato más opcionado entre los actuales) una especializada realizada por Gallup para  Dinero entre líderes empresariales, encontró, de acuerdo con la revista, un ambiente de “pesimismo” entre personas para quienes cifras y expectativas son fundamentales. Los números de la economía no son negativos (4% de crecimiento esperado; desempleo inferior a un dígito, etc.)  pero, más que pesimismo, está claro que los empresarios sienten este momento como uno de indefinición, en la política y el proceso de Paz, que ha generado, como en los demás casos,  el “limbo” de la incertidumbre. Por cierto, al igual que la mayoría de los colombianos, se manifiestan de acuerdo con el proceso de Paz y en iniciar otro con el E.L.N (72%)

Ante la situación descrita, resulta inútil para el gobierno persistir, exclusivamente, en la presentación de cifras y logros como una manera de contrarrestar un ambiente extendido de incertidumbre. Pareciera que no tiene y no se encuentra interesado en una estrategia de comunicaciones que haga más visible la imagen del presidente y  del mismo proceso de Paz, variables indisolubles. Desde hace mucho se encuentra establecido en el ABC de la  ciencia política que procesos de percepción y estadísticas son asuntos diferentes.

La campaña presidencial y los diálogos dan la impresión de encontrarse estancados o al garete. Está claro que, en cualquier circunstancia, estos deben mantenerse, en un ambiente en que incluso la misma oposición, en cabeza del ex presidente Uribe, habla de una Paz condicionada. Pero Santos está demorado en ejercer el liderazgo que el país espera y eso, en las actuales circunstancias, solo puede hacerse de una manera: definiendo, a la mayor brevedad, su intención o no de reelegirse. El tiempo, y la incertidumbre, empiezan a jugar en su contra.

@herejesyluis

La revolución de nuestro tiempo: mientras seguimos ocupándonos casi  “inútilmente” de  temas políticos, la ciencia avanza: Li-fi, la tecnología que permite la transmisión de datos a través de la Luz ya funciona. Es más económica  que wi-fi y por lo tanto democrática. Se vino otra revolución. Entre tanto la ciencia de gobierno marcha “a pie” y, las más de las veces, descalza.

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