lunes, 22 de abril de 2013

Así está la democracia


Así está la Democracia

Por: Luis Carvajal Basto

The Economist acaba de publicar la quinta versión de sus indicadores de Democracia en 167 países, incluido Colombia, a la que ha llamado, como síntesis de 2012, "La Democracia en un punto muerto". Lo que queda luego de ver cómo nos va.

El estudio mide las variables proceso electoral y pluralismo, el funcionamiento de gobierno, la participación política, la cultura política y las libertades civiles. Clasifica a los países en cuatro grandes categorías: Democracias completas, Democracias imperfectas, regímenes híbridos y regímenes autoritarios.
2012 un “punto muerto” se refiere a un año de “avances y retrocesos” en el que se sintió el rigor de la crisis de la deuda y una pérdida de credibilidad global en la calidad de la política. La crisis de la deuda ha sido también la de los gobiernos y la de los políticos en muchos países. Como resultado, el juego de la democracia se ha resuelto como uno de suma cero en 2012.En el caso de América Latina, el crimen y la violencia asociada al tráfico de drogas se han sentido de manera notoria y son, claramente, un lamentable fenómeno en ascenso.
El estudio no se ocupa de factores como la ineficiencia del modelo de Estado Nación en la era de la globalización que, al igual que la corrupción, está en el origen de la crisis fiscal de los gobiernos, pero, sin ninguna duda, es una poderosa herramienta para el análisis documentado y medido de lo que ocurre con la Democracia, más allá de las habituales especulaciones y los juicios cargados y filtrados por conveniencias e ideologías pero con escaso sustento.
Colombia “clasifica” en la posición 57, dentro del grupo de las “Democracias imperfectas”. Estamos por delante de nuestros vecinos Perú (61), Ecuador (87), Nicaragua (92) y Venezuela (95) y atrás de Brasil (44). El puntero absoluto es Noruega y el último en la fila es Corea del Norte. Como referentes, Argentina ocupa el lugar 52 y Cuba el 127.Los Estados Unidos, vaya sorpresa, ocupan la posición 21, detrás de Corea del Sur.
A Colombia le va muy bien en variables como proceso electoral y pluralismo (9.17) y Libertades civiles (8.82). Más o menos bien en funcionamiento del gobierno (7.5).Definitivamente mal en participación política (3.89) y cultura política (3.75).
Las conclusiones son que tenemos un sistema electoral confiable, que queda muy bien parado, pese a opiniones y actuaciones marginales en sentido contrario, y a pesar del atraso tecnológico y problemas de recursos que impiden cumplir con Leyes como la 1475 de 2011, que establece el cada vez más indispensable voto electrónico. Por otra parte queda claro que en nuestro país, a pesar de las dificultades, Libertades y garantías constitucionales están debidamente protegidas. Como referencia en Venezuela, que afronta un difícil momento después de su apretado resultado electoral, el proceso de elecciones y la garantía de pluralismo eran evaluadas como débiles en 2012, antes de las elecciones, con una nota de 5.67 y las Libertades civiles también, con un 5.88, haciendo pensar que el solicitado reconteo de votos no obedece solamente a lo ajustado del resultado sino a la poca confiabilidad histórica de su sistema electoral y no solo de Maduro.
En cuanto al desempeño de los gobiernos (7.50), nuestra calificación es más que aceptable, dejando de lado problemas como el de corrupción. Pese a ella y a la influencia de los actores armados ilegales, más notoria en los gobiernos regionales y locales, los gobiernos “funcionan”, lo cual se refiere también a la capacidad de recaudar impuestos. Contrariando voces como las expresadas por algunos alcaldes la semana anterior en Cartagena, la descentralización, en su expresión administrativa, permite, a ese nivel y aceptablemente, el ejercicio del poder local. El resultado del estudio habla bien de la coordinación entre los distintos niveles de gobierno, una tarea, sin embargo, en proceso de construcción. Está establecido que la descentralización es mucho más que administración, competencias y recursos.
Nuestra deuda con la democracia, de acuerdo con el estudio, son la escasa participación política (3.89) y el bajo nivel de cultura política (3.75).Estas Variables no se observan solamente a nivel de participación electoral y se confirma que en esas materias nuestra Constitución cojea. Sin una mejor participación de la ciudadanía es difícil esperar mejores gobiernos o poner freno a la corrupción. Como ejemplo, en ciudades como Bogotá la gente paga cumplidamente sus impuestos (cultura tributaria; Gobierno) pero no se ocupa de lo que hacen con ellos (Participación); Elige gobernantes y congresistas pero no les toma cuentas; se involucra poco en los asuntos de todos, de Estado, y una inmensa mayoría transfiere su responsabilidad a los demás. La baja participación se revela como la principal falla de nuestro sistema político.
El estudio es un esfuerzo serio de cómo nos ven, comparados con los demás. Nos permite identificar, midiendo, fallas y avanzar. Así somos, ¿Queremos ser? ¿Seremos? Pues a participar!!


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