lunes, 16 de abril de 2012


América: una realidad por construir

Por: Luis Carvajal Basto

Quinientos años no han sido suficientes para convencernos de unos propósitos mínimos, más allá de los discursos, que nos convoquen e identifiquen. Cuando los hechos difieren tanto del "deber ser".

Luego de Cartagena quedan ratificadas las razones por las cuales la reunión de presidentes se llamó cumbre de las Américas, en plural. Es que América, como identidad económica, comercial e institucional, casi no existe.

Para comenzar, hablamos diferentes lenguajes: mientras para Estados Unidos el presente se impone y, con él, la necesidad de superar la crisis económica y generar empleos en un año electoral, países como Colombia, México, Chile y Brasil se preocupan por establecer unas condiciones que les permitan participar en mejores circunstancias en la estructura productiva y las cadenas de abastecimiento mundiales. El grupo liderado por Venezuela y Cuba, mantiene  un discurso con cargas ideológicas que siendo tan real, en cuanto a los problemas sociales y la denuncia de la pobreza, como limitado en los caminos para superarla, ha podido poner en entredicho a una ineficiente OEA. De allí, el papel de Colombia para actuar como “bisagra” entre dos Américas encontradas.

Pobreza, lucha anti drogas y la aplicación de la clausula democrática o el retorno de Cuba, son asuntos de gobierno en un continente que carece de instrumentos con carácter determinante y está lejos de tenerlos. Un asunto diferente son las posibilidades de concretar acuerdos  económicos, comerciales etc., como primeros pasos para una verdadera integración, a la que, en todo caso, le hace falta una infraestructura de vías, también férreas, aéreas, fluviales y de comunicaciones que la hagan posible.

En ausencia de esa identidad Americana, estos asuntos siguen ahora supeditados a las realidades de la política interna que en el pasado hicieron fracasar, uno tras otro, los procesos de integración: ALALC, ALADI y el Mercado Común Centroamericano, MCCA ,cuyas dinámicas superó la globalización, en un periodo en que clausula de nación más favorecida, pilar del Acuerdo general de aranceles y comercio GATT, ha debido convivir con una más realista Organización mundial de comercio a la cual China apenas ingresó en 2001, pudiendo inundar con sus productos al mundo, lo que nos  debería servir, cuando menos, como lección.

La dificultad de establecer una agenda y unas metas comunes para cumplir, limita la posibilidad de utilizar en favor de los casi mil millones de Americanos los beneficios de un mercado integrado, en lugar de tratados bilaterales, un paso importante para la superación de desempleo y  pobreza, en un momento en que  han golpeado también a los Estados Unidos. La globalización ha puesto en evidencia las limitaciones de un modelo en el que algunas empresas mejoran sus utilidades, transfiriendo producciones a países con bajos salarios, a cambio de desempleo en importantes mercados, como el norteamericano.

En un escenario mundial caracterizado por la deslocalización de la producción, la recesión en Europa, el comienzo incierto de la recuperación en los Estados Unidos, la disminución del crecimiento en China y el descrédito  global de la política, lo menos que podríamos esperar en una cumbre de presidentes americanos sería la fijación de unos objetivos mínimos, pero pragmáticos, de integración, comenzando por la física, y el establecimiento de una veeduría, con funciones, para la defensa de la democracia y las instituciones de gobierno, las cuales se encuentran hoy amenazadas en todas partes del mundo.

Ello no pudo ser porque las realidades de la política interna superan los que deberían ser objetivos  primarios de los Estados. Así las cosas, un giro de la estrategia antidroga deberá esperar a las elecciones en Estados Unidos, a pesar de las buenas intenciones que en ese y otros asuntos pueda tener el presidente Obama; Evo Morales tratando de superar, jugando futbol, el impacto del desbarajuste en su economía que genera huelgas y protestas; Chávez apostando a una reelección embolatada también por su delicado estado de salud; los Castro, tratando de convencer a los incomunicados y silenciados cubanos de que su dictadura es una democracia, eso sí limitada, por culpa de los demás ¿Y lo verdaderamente importante? Todo parece indicar que podríamos esperar otros quinientos años expuestos a los caprichos temporales de la mala política.

Posdata: a propósito del vestuario de la cumbre, de liqui liquis y guayaberas, tiene razón, solo en parte, Juan Gossain al establecer el origen del liqui liqui: efectivamente  se encuentra en esa región, Colombo-Venezolana, entre el alto Apure y Casanare, pasando por Arauca, que fue la cuna de nuestra independencia. Pero antes de los ejércitos Liberales lo usaron los oficiales de nuestro ejército Libertador, una vez que pudieron remplazar las camisas desechas y los ponchos raídos con que llegaron al Pantano de Vargas.

@herejesyluis

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