sábado, 2 de mayo de 2009

Cuidado con la gripa

Cuidado con la gripa

Por: Luis Carvajal Basto
La pandemia inminente ocasionada por el virus, pone a prueba la capacidad de los gobiernos para atender situaciones de crisis.

Además de informar y prevenir, la pregunta es qué número de tratamientos se encuentran disponibles y cuáles los recursos para atender los enfermos en sus casas. Es un problema de salud y de gobierno.

Aunque en el mundo se esperaba una pandemia desde hace años, todo parece indicar que es una realidad y su reconocimiento oficial por parte de la Organización Mundial de la Salud, es solo cuestión de días. De mantenerse el crecimiento exponencial observado desde el 15 de marzo, haciendo un cálculo siguiendo las cifras de la OMS (0.89exp (0.1152t)), finalizando agosto tendríamos en el mundo nueve millones de infectados.

A diferencia del SIDA, que requiere contacto físico para su difusión, el virus AH1N1 se transmite a través del aire y las cosas que tocamos. Otra diferencia parece ser que sus efectos no serán necesariamente mortales y el propio organismo, con cuidados y tratamiento adecuados, puede superarlos en la mayoría de casos.

No será fácil inducir un cambio en las costumbres de la gente que podrían disminuir las tasas de contagio. Hábitos como lavarse con frecuencia las manos, y reducir el contacto de saludos y besos, tan propios en nuestra cultura.
Tiene todas las características de una gripa, así que si bien se pueden reducir las posibilidades de adquirirla, su expansión parece inevitable. ¿Qué tan preparados estamos para confrontarla y cuál es la real capacidad de los gobiernos para atenderla?

Comencemos diciendo que la reacción natural de llevar un enfermo sintomático a un centro médico puede producir resultados contrarios: Su propagación si resultan positivos los casos, o la exposición al virus de los pacientes que aún no lo han adquirido, pero tienen síntomas.

Se aconseja tratamiento casero para impedir la difusión del virus y reducir la socialización propia de los espacios compartidos, parece efectivo para contenerlo.

Esto puede generar problemas en la economía al tener que interrumpir clases y, eventualmente, actividades laborales e, incluso, el transporte público. Viniendo de México, este asunto de salud parece una segunda versión del efecto tequila.

Más allá de las decisiones que se toman al respecto y los inútiles cierres de fronteras (ya está diseminado por el mundo) la respuesta de los gobiernos debe ser precisa y concentrarse en respuestas sencillas pero efectivas, como tomar exámenes en las residencias de los afectados y establecer esquemas de atención domiciliaria por parte de personal calificado.

Y ante la evidencia de la enfermedad, los tratamientos antivirales que al parecer son solamente dos productos de firmas multinacionales, deben estar a disposición de los gobiernos y la gente. A propósito, ¿de cuantos dispone Colombia?

Es conocido que la unión Europea mantiene un stock cercano a las seis millones de dosis y estaría dispuesta a ceder parte a los países más afectados. Esperamos que la OMS o quien sea, nos asigne una buena parte, a solicitud del gobierno, para lo cual debe emplearse a fondo.

En todo esto, resulta paradójica la actitud de sectores de nuestro congreso. En lugar de preocuparse por una legislación de crisis para atender la emergencia, van a prohibir la entrada a sus dependencias a personas “ajenas”, creyendo que con esto se inmunizan frente a la enfermedad.¿ Qué tal? Algo así como “sálvese quien pueda”. Cuidado con la gripa y con estos congresistas.

Posdata: La frase de la semana, expresada por un precandidato Liberal: “No es Liberal obligar a la gente a pensar ciertas cosas”…

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