lunes, 20 de enero de 2014

Bogotá: la pasión y la razón.


Luis Carvajal Basto
Mientras continúa la actual “batalla” jurídico-política, vale recordar que la ciudad, con sus problemas, existe.
Por: Luis Carvajal Basto
A estas alturas de la destitución  pocos recuerdan los problemas de movilidad;  inseguridad etc., para no hablar de su crecimiento armónico, su postura y proyectos con la región, la actualización de su estatuto orgánico, los avances en competitividad y otros temas. Parecemos, todos, ocupados en afinar la postura ideológica para situarnos del lado del procurador o del alcalde. El asunto es tan relevante que la campaña presidencial y las elecciones de congreso han pasado casi a segundo plano. Incluso el proceso de paz se ha convertido en “insumo” de  batalla. Debemos reconocer  que la estrategia de Petro ha funcionado: Convirtió su destitución en un hecho político a favor que cambió, hasta ahora, las encuestas y le dio una dimensión que no tenía. La polarización ha surtido sus efectos: ¿toca “alinearse”?.¿Será muy difícil explicar que la izquierda tiene todo el derecho a gobernar, ojalá con éxito? ¿Será Petro un buen ejemplo?
En realidad ¿Habrá cambiado tanto su desempeño como administrador ; avanzado en la solución de los problemas  de la ciudad o en sus promesas de gobierno o, por el contrario, se trata de una polarización política?  El escenario se ha convertido en uno de “izquierdas y derechas” en el que los dividendos son para el alcalde. ¿Y la gestión? ¿Importa? Petro ha demostrado que su estilo se encuentra más cerca de las denuncias y el debate mediático que de los logros en administración, los cuales, todos, se pueden medir y en ese escenario, por fuera de supuestas diferencias ideológicas, el alcalde pierde. Sus resultados son deficientes.
Su argumento más contundente es ideológico: la teoría del “golpe de Estado” contra un gobierno de “izquierdas”. Habría que añadir que cualquier gobierno debe mostrar uso eficiente de recursos y respeto por la Ley, incluidos los miles de funcionarios destituidos a la fecha, de todo nivel, en todo el país, por los diferentes procuradores. La “izquierda” no se reduce a Petro: una cosa es la solidaridad y otra sentirse representados o desplazados por él. Esto incluye a las FARC  y a dirigentes como Clara López y Piedad Córdoba.  ¿Tiene exenciones su gobierno? Una funcionaria nombrada por el alcalde, la Veedora Distrital Adriana Córdoba, ha cuestionado y advertido, oportunamente,  a la administración, sin que pueda calificarse su opinión como interesada o politizada, sobre el mismo asunto por el que ha sido sancionado (http://www.youtube.com/watch?v=z1csEKmngzs) habiendo también denunciado los problemas de ejecución, la más baja en 10 años ( ver http://www.youtube.com/watch?v=GYjIC2JvLgA) y  el abuso en la contratación directa (ver http://www.youtube.com/watch?v=waaA6TJzqQ4), sin que se conozcan afinidades  personales,ideológicas o políticas entre la veedora y el procurador.
En este episodio se ha podido observar que el llamado clientelismo, señalado tantas veces por el hoy alcalde, no es patrimonio exclusivo de los partidos tradicionales: el caso de magistrados con familiares en la empresa de acueducto, nombrados recientemente, deja muy mal sabor y, peor, que fallen procesos en los que el alcalde se encuentra involucrado sin declararse impedidos. También, hay que decirlo, que el destituido gerente del acueducto fuera nombrado por el procurador, en 2009, luego del respaldo del hoy alcalde para su elección. A la gente en la calle le queda la duda de si se trata de una controversia entre antiguos “compadres” y de si son tan diferentes este tipo de dirigentes, los dos en situación de pre candidatos presidenciales en 2018, aunque se reclamen o señalen de “izquierdas o derechas”.
Las decisiones jurídicas van y vienen en un proceso que será cerrado, al final, por la Corte Constitucional. La cuestión, en el fondo, es ¿Cuándo? El desgaste institucional es evidente y, lamentablemente, solo se observa una tendencia a empeorar. El alcalde tiene todo el derecho a defenderse en las diferentes instancias, pero, ¿Y el gobierno en la ciudad? ¿Sus grandes temas? La dirigencia política, en la polarización, toma su lugar mientras el resto de la ciudad, observa y apenas divide simpatías. ¿No existen los gremios, las organizaciones cívicas, las juntas de acción comunal y de vecinos, las universidades, que le pongan una voz diferente a este asunto y expresen los intereses de la ciudad, más allá  de la pasión ejercida en la batalla?
Lo que ocurre en la capital puede calificarse como una situación de  vacío administrativo, pero también de liderazgo. Entre tanto ¿Cómo va la ciudad?  Hasta ahora, estamos pendientes del pulso político y jurídico de dos precandidatos en potencia. ¿Y  Bogotá?
@herejesyluis

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