lunes, 9 de diciembre de 2013

¿Acabar los Partidos?


Luis Carvajal Basto
A medida que se acercan las elecciones, sube la temperatura política. Como es ya costumbre en Colombia el trompo de poner son los Partidos, especialmente el Liberalismo, pero ¿Se puede hacer política sin ellos?
Por: Luis Carvajal Basto

Entrados, como estamos, en un año electoral (faltan apenas meses) cabría esperar de nuestros  mejores pensadores una cadena de propuestas para  mejorar al país. Al fin y al cabo tendremos elecciones que elegirán Congreso y presidente, a través de quienes se orientarán las políticas públicas o  los presupuestos,  planes  y decisiones que  nos llevarán en una u otra dirección, lo cual ocurrirá a pesar de todo. En estas elecciones, además, tendremos un tema de mayor alcance: conseguir, o no, una Paz negociada.
Sin embargo, el fin de semana anterior estuvo  reñida una competencia acerca de quien propone una fórmula mejor para terminar con los Partidos en ausencia de propuestas que nos puedan empujar hacia adelante. A la andanada contra el Liberalismo, a quien algunos quieren enterrar sindicándole de ser  el único que ejerció la política en la era en que el narcotráfico permeo la política y la sociedad colombiana, iniciada  justamente antecitos de elecciones, se han sumado otras voces desde diferentes orillas: “¿Cuál Partido Liberal?” se pregunta el ex ministro Hommes en su columna, de la que se puede destacar el acertado señalamiento del divorcio entre Partidos y opinión;  “Voto blanco”, propone Salud Hernández, luego de denostar acerca de “la cuadrilla Liberal” y otras especies; “El amigo de Serpa” de María Isabel Rueda” en el que pide al Fiscal una nueva investigación sobre el refrito 8.000.La excepción vino por cuenta de María Jimena Duzan quien plantea una alianza de la “Izquierda”, no sin antes estigmatizar a los Partidos.
De nuevo, casi todos olvidan que la política se ha ejercido en el país que hemos tenido y tenemos y no en el que quisiéramos tener. “Si mi tío no fuera mi tío sería mi tía”, dicen en la calle. En un tono propositivo, por ejemplo, al doctor Serpa valdría la pena preguntarle que se le hicieron los cuatro millones doscientos mil votos entre las presidenciales de 1998 y 2006, fundamentalmente ubicados en los centros urbanos en los que el voto está menos expuesto a presiones. La respuesta nos acercaría a resolver uno de los principales retos del Liberalismo como es recuperar sus extraviadas mayorías urbanas.
Una hipótesis según la cual el responsable exclusivo de esa pérdida es el mismo doctor Serpa,  por cuenta de su persistencia o por convertirse en  blanco de los dardos de su ex contendor y luego presidente, el doctor Pastrana y sus amigos, con los mismos argumentos que se resucitan ahora que es  cabeza de la lista Liberal, estaría lejos de la realidad: si ello ha afectado al Liberalismo no se nota tanto.En todas las encuestas sigue siendo el sentimiento mayoritario entre los colombianos mientras el Conservador, al que pertenece el ex presidente Pastrana, ya va en el 5 % con tendencia a empeorar y él  es el ex presidente peor calificado en las encuestas. Quiso “acabar” al Liberalismo pero ha terminado “hundiendo” a su Partido y a él mismo. Mientras tanto, a través del presidente Santos, el Liberalismo histórico pudo llegar al gobierno  y es fácil establecer que una eventual tercería de la izquierda, o su actitud en una segunda vuelta ,podría estar más cerca de los liberales con quienes la identifica, entre otras cosas, el propósito de Paz.
Pero sería ingenuo pensar que la crisis de los Partidos tiene que ver, de manera exclusiva, con la influencia nefasta del narcotráfico o con quienes la han podido capitalizar políticamente , como el ex presidente Pastrana quien llegó al gobierno haciendo de ella casi su único discurso mientras entregaba el Caguán y la guerra seguía haciendo estragos.
La crisis de los Partidos tradicionales es mundial  y el déficit fiscal ha propiciado otra, global, de los gobiernos. El asunto más complejo es que en ninguna parte se ha podido encontrar otra manera de relacionar las demandas de la sociedad con el Estado diferente a los Partidos, por lo que no nos queda otra salida que persistir en su mejoramiento. Para ejemplos, está la manera como ha desaparecido el  importante movimiento de indignados.
La práctica de hacer política destruyendo a sus principales instrumentos puede, en el corto plazo, otorgar algunos dividendos. En el fondo, atenta contra la democracia, uno de los principales logros de la humanidad. Hacer política destruyendo a los Partidos es como terminar la  pobreza organizando guerras en que los pobres  se mueren. Por otra parte, es una manera sencilla de “suicidarse” políticamente como lo viene demostrando el ex presidente Pastrana quien, inevitablemente, nos hace evocar a otro Sansón y otros filisteos.
@herejesyluis

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