lunes, 31 de diciembre de 2012

Política & economía 2012



Por: Luis Carvajal Basto

En un entorno mundial recesivo el desempeño económico de Colombia, que estará entre el 4.2 y 4.5%, puede considerarse como positivo, pero podría haber sido mejor. Fue el año en que se protocolizó la ruptura entre Santos y Uribe y, a propósito de la expresión popular que se observó ante la fracasada reforma a la Justicia, se hizo más notoria la distancia entre el congreso y la opinión pública que puede tener consecuencias en 2014.


La caída del PIB en el tercer trimestre a niveles de 2.1%, viniendo de 4.9% en el segundo y de 5.9% en 2011 hizo que se encendieran las alarmas. La caída en las exportaciones de carbón y la estabilización en el precio del petróleo tienen parte de responsabilidad, como han expresado sectores del gobierno. No han podido comprobarse, sin embargo, otros efectos de la crisis internacional que se usan a menudo a manera de clichés: en un entorno de crisis las exportaciones totales aumentaron un 7.4% en el periodo enero- octubre con relación a 2011.Dentro de ellas, las compras de España crecieron un 129% y las de Estados Unidos un 4.3%.Ambos países, fuertemente afectados por la crisis. La desaceleración en China tampoco se notó pues sus compras aumentaron un 53% en lugar de disminuir.
Las causas del bajón de la economía podrían explicarse por el aumento desmesurado en las tasas de interés que, aunque tardíamente corregidas a la baja, resintieron la inversión y la demanda interna; la caída en el sector de la construcción y la revaluación del peso que ha propiciado un aumento en las importaciones (8.6% en el periodo enero octubre) y una reducción del agregado nacional.
Las perspectivas para 2013 pueden ser alentadoras, si se tiene en cuenta la esperada recuperación de los Estados Unidos, nuestro principal comprador, y el mejoramiento del crecimiento en China, así como los efectos de un plan de inversión en vías por más de 40 billones y el dinamismo, en general, del gasto público, incluidos proyectos como el de las 100.000 viviendas. Cabe, sin embargo, esperar continuidad en la tendencia de suavizar las tasas de interés, lo que mejoraría las expectativas de crecimiento y empleo. La inflación, aun a costa de crecimiento, se mantuvo en niveles aceptables.
Por otra parte, todo hace esperar que la situación cambiaria y fiscal se mantenga estable.
Precisamente la relativamente sólida situación de la economía hace prever un escenario propicio para la postulación del presidente Santos a su reelección, asunto al cual se referirá a mediados de año cuando empieza la inhabilidad de German Vargas Lleras, pero eso es diferente a pensar que la tiene ganada por anticipado. Con un balance positivo en el desempeño de la economía, el presidente observó caer sus niveles de aprobación hasta 53% en el presente mes. La “partición de cobijas” con el Uribismo y el efecto San Andrés pueden explicarlo solo en parte. Una encuesta realizada en agosto reveló que aunque el 51% de los colombianos no estén de acuerdo con la reelección de Santos, sería el candidato más votado con el 43% de los votos. La diferencia entre clichés y percepción se observa en el plano político: la última encuesta de Gallup muestra que a pesar de los logros en seguridad y empleo mostrados por el gobierno, el 73% y 64% respectivamente tienen una opinión desfavorable de su labor en esas áreas. Un punto de quiebre fue lo sucedido con la fracasada reforma a la justicia y otro, el inicio de los diálogos de paz con las FARC. ¿Dependerá del resultado de esos diálogos la eventual reelección?
En principio, podría ser al contrario. En el pasado las FARC renunciaron a continuar dialogando aduciendo el ocaso de los periodos de los gobernantes. También puede ser un motivo para explicar continuidad en la política de dialogar. Sin embargo, independientemente de los resultados del proceso, existen al menos dos sucesos que señalarán el rumbo de la política en 2013:la división en la coalición que eligió presidente en 2010, con el nacimiento del llamado “puro centro democrático” que tendrá listas de congreso propias pero no define un candidato presidencial con posibilidades de ganar(Zuluaga tiene 14% de aprobación) y, por otra parte, la expresión creciente de sectores urbanos que han tomado distancia de la “política tradicional”, la que se expresa en el congreso, y el papel que jugará en las elecciones de 2014.
En relación al voto que mueven los congresistas, cabe esperar que algunos engrosen las toldas Uribistas con o sin el mismo Uribe encabezando. Esto se definirá luego de enunciada, o no, la reelección del presidente. La coalición triunfante en 2010 tendrá dos candidatos presidenciales y todo hace presumir que dividiría su voto, abriendo camino a un candidato que identifique sectores de opinión, que se expresaron en la “ola verde”, alejados de la política parlamentaria y que han “puesto” alcaldes y gobernadores, ya por años, en diferentes sectores del país, incluyendo la Bogotá de Petro quien se “coló” entre dos votaciones minoritarias. ¿Se repetirá a nivel nacional? Pues hasta hoy, puede decirse que hacia allá marchan los acontecimientos políticos. No es cuestión de gustos, solo lo que se ve, por ahora.¡¡¡Feliz 2013!!!
@herejesyluis


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