lunes, 16 de enero de 2012


¿Por fin tendremos contralor(a)?

Por: Luis Carvajal Basto

Luego de dos contralores consecutivos sancionados por problemas de corrupción, el Concejo debe esmerarse por acertar en la elección del nuevo funcionario(a).

La escogencia del nuevo contralor de Bogotá debe producirse en pocos días por parte del concejo distrital. El asunto adquiere mayor importancia si se tienen en cuenta sus antecedentes: los escándalos de corrupción más grandes que se recuerden y sobre los que hemos conocido, casi al detalle, la manera en que los carteles de la contratación penetraron el principal ente de control de la ciudad.
Por otra parte, el Concejo ha recibido un poco comentado castigo: 300.000 votos en blanco en las pasadas elecciones, una cifra igual al total obtenido por la U y Progresistas, los partidos más votados, y cerca del 42% de los electores con los que ganó el alcalde Petro. La opinión registra y está a la expectativa de lo que el concejo haga o deje de hacer.
Existe un elemento  político adicional: las tres últimas administraciones han creído representar una izquierda que por años reclamó participación en el gobierno. En Bogotá, en el segundo cargo más importante del país, la consiguió; cuando muchos esperaban un cambio en las costumbres políticas  lo que ha ocurrido es casi todo lo contrario, cerrando el paso a los cambios y, si se quiere, desacreditando fuerzas que son indispensables para el  funcionamiento del sistema político en cuanto expresan sectores importantes de la población y puntos de vista diferentes en la tarea de gobierno.
La elección de contralor depende de la coalición mayoritaria que se forma en el concejo y la cual, a pesar de las escaramuzas propias del trajín político, liderará el partido o movimiento al que pertenece el alcalde, siendo este uno de los defectos por obsolescencia de la legislación. No es adecuado que el alcalde, o sus amigos, elijan en últimas, al funcionario que lo debe vigilar, pero mientras el sistema no cambie y tengamos contralor por voto popular, resulta utópico pensar que el gobierno, este o cualquiera, permita que la oposición se lo nombre, sin llegar a sospechosos extremos, como ha ocurrido en el pasado.
Como consecuencia de esa paradoja legal, en el pasado reciente la Contraloría general de la república ha debido intervenir a fondo en los temas de la ciudad porque la Distrital no operaba. El asunto llegó al límite en la administración Garzón cuando resultó elegido para controlarle quien antes fuera gerente de sus campañas políticas y, luego, destituido y sancionado. Lo ocurrido con Morales Russi, quien se encuentra detenido, tiene ya suficiente ilustración.
Ante la ineficacia de contraloría, personería y veeduría,  el control en Bogotá lo han ejercido periodistas y medios en vista de que el concejo tampoco ha realizado seguimiento adecuado sobre esos funcionarios, dos de los cuales son escogidos allí. No debemos olvidar que lo que conocemos de carruseles comenzó con una  valiente denuncia de  Darío Arizmendi en Caracol y, más que muchas acciones de las entidades de control, el asunto de la servilleta del que fue protagonista el director del Espectador, nos hizo reflexionar sobre la manera irregular en que se asumen decisiones de gobierno y adjudican contratos.
Como estamos en un momento en que con nueva administración muchas cosas arrancan de cero y en vista de que la bandera más importante del nuevo alcalde y, por añadidura, de su bancada liderada por el concejal Deroux, fue la lucha frontal contra la corrupción, esperamos de ellos y de todos los concejales una decisión equilibrada, objetiva y serena al seleccionar la mejor hoja de vida de la terna, en la cual se encuentra incluida, por primera vez en años, una mujer. Así debe ser, entre otras razones, porque al nuevo contralor(a) le espera la difícil tarea de recuperar la credibilidad de una institución que en los últimos ocho años la dilapidó, dejando un manto de duda sobre ella pero también sobre lo que realmente ocurrió en Bogotá en las dos últimas administraciones. Esperemos que quien resulte elegido lo pueda, por fin, contar.
Posdata: Twitter de la semana: @ernestosamperp ErnestoSamperPizano
“El Presidente Santos tiene razón, queremos una paz discreta, rápida y eficaz!”

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