sábado, 6 de junio de 2009

Lecciones de la crisis del automóvil en Estados Unidos

Lecciones de la crisis del automóvil en Estados Unidos

Por: Luis Carvajal Basto
Se puede entender como un coletazo de la crisis económica global y el caos del sector financiero pero también es el resultado de los “privilegios” de algunos sindicatos en ese país. Un modelo para no repetir.

El sector del automóvil representa casi el 5% del PIB mundial y está a la vanguardia de los desarrollos tecnológicos. Lo que allí ocurre nos afecta a todos. En el caso de los Estados Unidos y en muchas partes, es el icono de un estilo de vida. Ante su fracaso surgen dudas acerca de los efectos negativos y positivos, que los hay, en todo el planeta.

Las perdidas del sector en 2008 pasaron de 50.000 millones de dólares y General Motors adeuda una cifra similar que le ha llevado a declararse en quiebra. Chrysler, por su parte aguarda esperanzada que la otrora empobrecida FIAT le pueda salvar. Parece increíble ¿Qué pasó?

En primer lugar los precios de los combustibles hicieron inviables sus modelos de vehículos grandes consumidores. Esto delató errores graves en estrategias de producción y mercadeo. La verdad es que esos modelos son demandados básicamente en los Estados Unidos y en la globalización la reducción de costos por economías de escala las hizo tambalear, ante las estrategias globales y flexibles de sus competidores, que producen vehículos en norteamérica con una eficiencia superior. Toyota es ahora el primer productor mundial.

Resultaba imposible que la transferencia tecnológica, que ha llevado a países como China,Japón, México y Brasil a producir con menores costos, no tuviera los resultados observados. Las diferencias salariales la industria Norteamericana son con China de 1 a 30, India 1 a 20 y Brasil 1 a 4.El argumento de la calidad no es suficiente para explicar las naturales diferencias en los precios de los bienes terminados.

Con razón el Presidente Obama desde su discurso de posesión hizo un llamado al esfuerzo sin renunciar a utilizar la capacidad y los fondos del gobierno para salir de la crisis. General Motors, por ejemplo, ha pagado a sus sindicatos casi 20.000 millones de dólares en subsidios en los últimos años . Como en Colombia, en muchas empresas, se “comieron” la gallina que ponía los huevos.

En esta era global e inevitable, ese tipo de prebendas son en realidad privilegios imposibles de sostener. Es inútil pensar en retornar al proteccionismo que reclaman los sindicatos de esas empresas y que usaron como argumento para frenar nuestro TLC. Sus enemigos no eran nuestros exportadores de flores o bocadillos sino un modelo caduco y sus propios hábitos.

Eso nos lleva a observar con atención si en un mundo interconectado se trata de derechos de esos trabajadores o privilegios de que gozan sobre el resto de la sociedad que, al final, por la vía de mayores impuestos o inflación termina pagándolos. O, ¿ de donde van a salir los recursos que el gobierno debió comprometer a manera de ayudas para salir de la crisis? Pues de los impuestos que pagan los ciudadanos, incluidos los más pobres que “no pagan” y tampoco se dan cuenta que la inflación es el peor de los impuestos. Más temprano que tarde, el déficit fiscal debe ser asumido por todos.

Por eso, esos cantos de sirena de quienes proponen que el gobierno “ regale”, en el largo plazo son mentiras. Y ejemplos que no queremos repetir. Toca, como nos enseñaron los mayores, la fórmula “difícil”: educarnos y trabajar. En ese caso, mejor el ejemplo de FIAT que ha pasado de “pobre” a “rico” recortando la brecha tecnológica.

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