lunes, 21 de enero de 2013

Menos intereses



Por: Luis Carvajal Basto

El país espera una rebaja importante en las tasas de interés que se han convertido en un lastre para la economía.


A cinco años del estallido de la crisis el mundo no ha podido superarla. De acuerdo con las previsiones del Banco Mundial el crecimiento del PIB en 2013 debe parecerse a 2012, situándose alrededor del 2.4%.Aunque se habla de crisis fiscal y disfuncionalidad de los gobiernos, la crisis está, como en el origen, caracterizada por una alta dosis de incertidumbre que tiene a la economía funcionando a bajas revoluciones.
En Colombia sus efectos nos han llegado por la vía de la estabilización en los precios del petróleo y por la “caída” en la demanda mundial y en las exportaciones de carbón, responsables de gran parte del crecimiento en los años anteriores, y no por la disminución en las compras por parte de nuestros principales compradores, con la excepción de lo ocurrido con Venezuela en trance de superación. Ello habla bien de nuestra capacidad de mercadeo pero nos deja pensando acerca de lo que no hicimos, pudiendo hacerlo, evitando el bajonazo del PIB en el tercer trimestre del año anterior. El Banco Mundial sitúa ahora nuestro crecimiento en 2012 en el 3.5% y en 2013 en el 3.8%.Parece, sin embargo, una visión un poco pesimista que no tiene en cuenta, suficientemente, el impacto de medidas que podemos asumir.
Dentro de ellas, las que dependen de nosotros, como dinamizar el sector de construcción, sincronizar la ejecución del gasto público y un manejo adecuado de las tasas de interés, son fundamentales. Proyectos como el de las 100.000 viviendas y el plan de vías por 40 billones, deben complementarse con un empujón a la construcción en Bogotá, ciudad en que no existen muchos terrenos para desarrollar pero si una inmensa cantidad de barrios sub habitados y cientos deficientemente construidos por su reciente legalización. En 2013 el gobierno y las entidades de control deben ocuparse de manera proactiva de la oportuna ejecución de los presupuestos públicos por parte de las entidades territoriales, comenzando por las regalías, y, por sobre todo, el Banco de la República hacer su aporte al bienestar y al crecimiento con un manejo razonable de las tasas de interés. Son variables que, a pesar de la crisis, podemos “controlar”.
Precisamente, desde esta columna, advertíamos en marzo del año anterior acerca de los efectos nocivos de las altas tasas de interés al expresar que “El efecto psicológico y económico del aumento de las tasas de interés, se está convirtiendo en un freno indeseable para el buen desempeño de la economía y sobre ello deberían reflexionar los miembros de la junta directiva del Banco de la República quienes, paralelamente, deben lidiar con el flujo de dólares que ello produce y sus consecuencias en la tasa de cambio.” Nos parecía que factores como el alto precio de los productos básicos podrían no mantenerse por mucho tiempo como efectivamente ocurrió. Finalmente, el impacto en el crecimiento se pudo observar en el tercer trimestre del año anterior y el desestimulo a sectores de la producción nacional, y no solo a los exportadores de flores y otros, que han diversificado mercados, también.
Por cuenta de la tasa de cambio, que resulta entre otras razones del diferencial de tasas de interés internas con las internacionales, existen innumerables productos que resulta mejor comprar afuera que producirlos internamente, con sus efectos sobre el empleo ,para no hablar del freno a la inversión y la demanda que han generado. Hoy, por ejemplo, el crédito de consumo para usuarios se encuentra en niveles del 30% que no resiste comparación con una inflación cercana al 3% y es un llamado a revisar los niveles de encaje.
Está muy bien y debemos felicitar a la junta directiva del Banco por sus éxitos en el cumplimiento del mandato constitucional de controlar la inflación. Una vez hecho esto, debemos insistir en que las circunstancias del mundo y el país ameritan un recorte importante en los intereses que pagamos. Han entendido esta situación excepcional la Reserva Federal en los Estados Unidos y los principales bancos centrales. Parece llegada la hora de ponernos a tono.

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