sábado, 5 de diciembre de 2009

Entre desempleo y alza en el salario mínimo


Por: Luis Carvajal Basto
En el momento en que se publican cifras con un aumento al 11.5% en el desempleo, se ventila el alza en el salario mínimo. ¿Necesariamente un aumento de este propicia más desempleo?

Lo primero que debe hacer quien pretenda analizar cualquier cifra es hacerse preguntas del tipo: ¿comparado con?, para luego buscar las variables que han influido en el pasado y lo harán en el futuro sobre el aspecto a estudiar.

Si se observa el desempeño de la Economía a nivel mundial, no salimos tan mal librados. Por primera vez en muchos años las cifras de nuestro desempleo se parecen a las de países desarrollados y en muchos casos son bastante mejores. En Estados Unidos y en Europa la cifra es similar a la nuestra (9.4 y 9.5%). Pero en España, por ejemplo, es casi del doble (18%).

El aumento del desempleo en 2009,1.4% respecto del año anterior, es preocupante y rápidamente deben tomarse medidas para contrarrestar esa tendencia, pero no debemos olvidar que salimos del año más difícil de la crisis y se debe persistir en llegar a cifras de un dígito, como las hemos logrado con la inflación, para no volver a un clima económico como el de 1999, en el gobierno del Presidente Pastrana, año en el que fueron superiores al 18%.

Como lo pronosticamos en esta columna hace un año, los efectos de la crisis mundial no nos golpearon tanto. No contábamos, debe decirse, con los efectos del muro que ha puesto el Presidente Chávez a nuestras exportaciones aumentando el desempleo. La sustitución de estas es un esfuerzo de largo aliento y debe complementarse con una política de subsidios y exenciones en la zona de frontera. Si nuestros productos mantienen su calidad y precios competitivos y la oferta es constante, no habrá muro que valga.

Con este escenario y colocados frente a la situación generada por la crisis y los empleos perdidos, falta ver cuantos más se perderán en la recuperación. Ante expectativas de recesión en 2009 los empresarios procedieron de conformidad con los resultados conocidos. Pero menos empleos significan menos demanda y alguien debe “arriesgar”. El gasto público y la reducción de tasas de interés han hecho lo suyo.¿ Deben poner ahora los trabajadores?

En teoría el incremento salarial debería corresponder a la inflación estimada. En la globalización debemos observar también competitividad. Dicho de otra forma si los salarios internos no mantienen los niveles de rentabilidad de los inversionistas, esto, sumado a otros factores, como el riesgo político por ejemplo, podría generar reducción de la inversión, la confianza y los empleos.

Por otra parte, si los niveles salariales afectan hacia abajo la demanda, se podría obtener una reducción también indeseable o recesiva, no siendo tan cierto, como hemos visto en Colombia en años anteriores, que el crecimiento del PIB necesariamente empuje los empleos hacia arriba de manera proporcional. La inversión en capital y tecnología espera un incremento en productividad y esta no debe ser una meta exclusiva de los empresarios, en cuanto en un mundo como el de hoy solo la competitividad puede garantizar puestos de trabajo.

A pesar del restablecimiento de la confianza a nivel mundial y la paulatina estabilización de las economías Norteamericana y Europea, debemos prepararnos para un escenario de recuperación en el que una mayor productividad, indispensable e inevitable, sacrificará otros empleos. Es este el que deben tener en cuenta gobierno, empresarios y trabajadores, al pensar en un nuevo salario mínimo.

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