sábado, 24 de enero de 2009

ALCALDE: Bogotá no resiste más impuestos


Alcalde: Bogotá no resiste más impuestos

Por: Luis Carvajal Basto
El alza de los avalúos catastrales es un aumento de los impuestos, potenciado por el “susto” que generó en la opinión la manera como se presentó, en plena época de matrículas y con el miedo y el pesimismo que empieza a producir la crisis económica.

El auto avalúo fue uno de los pilares en la recuperación de las finanzas de Bogotá y con él, nació lo que conocemos como una nueva cultura de impuestos. Fue creado en la administración de Jaime Castro, la misma que sacó de las juntas directivas de las empresas a los concejales, permitiendo la modernización de la gestión pública y colocando un freno a la politiquería.

La actualización de los avalúos es una herramienta de la hacienda pública y su utilización no se puede justificar, como se hizo, en razón de la existencia excepcional de predios que pagaban con base en avalúos de solo el 10% del valor legal. La realidad es que las familias han venido pagando, cumplidamente, un impuesto que consideran pagable, de acuerdo con sus ingresos.

Otra cosa es el atraso en la actualización que se debe en gran parte a la irresponsabilidad de la administración Garzón en el desarrollo de un costoso contrato que fue calificado como “tramposo y fraudulento” por los entes de control. Cabe recordar que el mismo Garzón, en campaña, ofreció no colocar más impuestos y como Alcalde colocó ocho nuevos tributos. Probablemente para tener como pagar contratos como ese.

Vale recordar que el mismo Garzón dejó comprometida gran parte del presupuesto del año 2008 y que Moreno solo pudo comenzar a ejecutar su plan de gobierno en el segundo semestre. Es cierto que la finca raíz ha subido de precio en Bogotá y en muchas regiones como consecuencia de los años de crecimiento que la economía ha experimentado. Pero también lo es que se empiezan a sentir las avanzadas de la actual crisis mundial. Por otra parte, activos importantes de las familias, como los vehículos, se han desvalorizado sin que disminuyan los impuestos que la ciudad cobra.

La sobretasa a la gasolina, por ejemplo, es un subsidio de los propietarios de automóviles al transporte público, lo cual se puede comprender. Lo que no se entiende es el uso del 50% de ella que debería mejorar nuestra malla vial. La semana anterior, en uno de esos anuncios a los que nos empiezan a acostumbrar lo funcionarios de la Administración, el Secretario de movilidad informó de un anillo perimetral por concesión, lo cual quiere decir peajes. Más impuestos. ¿Será que consideran que, como hace 100 años, los automóviles son un bien de lujo?

La percepción de la ciudadanía, acerca de la marcha de la ciudad, se refleja en la deteriorada imagen del alcalde en las encuestas. Esa imagen es producto de lo que hacen o dejan de hacer sus más altos funcionarios. La presentación y el momento escogido por el secretario de hacienda para el alza de los avalúos, parece hecha más por un contradictor que por un colaborador del mismo Alcalde.

Las afirmaciones del Secretario de hacienda, sobre acercar los avalúos al valor comercial de los predios, no se corresponden con la realidad de los ingresos de la gente, ni con parámetros internacionales. En ciudades como Barcelona o Madrid los avalúos apenas rondan el 60%, para citar dos casos.

Si se exagera con los avalúos, corremos el riesgo de que los ciudadanos no puedan pagar y colapse lo ganado en cultura tributaria. Aparte de eso, alguien debería coordinar en la Alcaldía, la presentación y explicación a la opinión de asuntos de tanta importancia.

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